“No quería matarla, no quería que termine así”
El estudiante de 16 años que asesinó en el barrio de La Loma de una puñalada a su hermana de 35 para defender a su madre y a otra hermana declaró ante la fiscal.
El estudiante de 16 años que asesinó a su hermana el martes en La Loma declaró ante la fiscal del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Plata y contó cómo fueron los hechos. Llorando, narró los detalles de lo sucedido y aseveró: “No la quería matar, no quería que termine así”.
Todo arrancó cuando Sabrina Carusotti (35), empleada en el ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y adicta a la cocaína y al alcohol (motivo por el cual estuvo internada), fue hasta la casa de su madre, en 43 entre 25 y 26, para pedirle plata. Los testigos señalaron que “siempre pedía dinero para su medicación pero en realidad lo usaba para comprar drogas”.
Su progenitora se negó pero se ofreció a comprarle los remedios siempre y cuando ella le llevara las recetas del tratamiento.
Ante la negativa, Sabrina la atacó a trompadas, al igual que a una hermanastra que estaba en el lugar. “Se puso sumamente violenta, no la podían controlar. En un momento tenía ahorcada a la hermana, ahogándola”.
Sabrina tenía dos hijos -ninguno bajo su tenencia- y uno estaba con ella en ese momento. Desesperado, entró a la habitación de su tío (el adolescente de 16 años) y le dijo: “Bajá rápido que mamá le está pegando a la abuela, la quiere matar”. El acusado llamó a su padre y este al 911. Relato del horror
De acuerdo a su declaración, salió del cuarto y vio a Sabrina atacando primero a su madre y luego a su hermana, a quien empezó a asfixiar contra el piso, a la vez que “intentaba sacar algo de la cartera”, en donde en otras ocasiones le vio armas blancas guardadas.
“Estaba asustado, temblando, era todo un griterío, no sabía qué hacer. Pensé que iba a matar a mi hermana. Le puso un cuchillo en el cuello pidiéndole plata. Ella siempre fue violenta y una vez me quiso ahogar en la pileta”, relató y añadió que entonces agarró un cuchillo, “le dije que la soltara y la apuñalé. No la quería matar. A pesar de todos los problemas, era mi hermana, quería separar”.
Por último, narró: “Hoy me acuerdo de los gritos y me duele el pecho. Si no intervenía terminaba todo peor. Quería que se vaya y no cause más problemas”.
Otros testigos señalaron que Sabrina era “violenta”, alguien que “siempre recurría a golpeas o amenazas”.
La defensa del menor pedirá su liberación al considerar que se trató de un caso de legítima defensa.