Asalto piraña en pleno centro platense, con adolescentes involucrados
Bajo amenazas de herir a sus víctimas con objetos cortantes, les sustrajeron una mochila y distintas pertenencias de valor para luego escapar corriendo.
La mujer violada y quemada con agua en Ensenada relató sus temores ante este multimedio. Junto a su marido viven encerrados por temor a represalias. El implicado sigue prófugo
24/09/2020 - 21:00hs
El viernes 11 de septiembre será sin dudas una fecha que Roxana Velaustegui (43) jamás olvidará. Ese día un depravado ingresó a su casa de Güemes y Joaquín González de Ensenada, la violó, golpeó y quemó con agua hirviendo, en un suceso informado en exclusiva por este multimedio.
A dos semanas del hecho, el responsable continúa prófugo, pese a la orden de detención que recae sobre él, y sus allegados no dejan de amenazar a los familiares de la víctima.
Tanto ella como su marido José dialogaron ayer con Trama Urbana, y ambos se mostraron desesperados por la situación y la sensación de impunidad que corre por sus venas.
“Ella se pasa todo el día durmiendo porque tiene doble medicación. No sale, vive encerrada”, dijo el hombre, y aseguró que “los vecinos están atemorizados por los parientes del imputado. A uno le pegaron patadas cuando lo vieron colocando carteles para pedir justicia por Roxana. Le sacaron los carteles y arrancaron otros que estaban pegados. Van amedrentando a todos bajo amenazas de romperles la cabeza o prenderles fuego las casas. Asustan a todo el barrio”, afirmó José.
Desesperado, admitió: “No puedo salir solo, por miedo a que me ataquen”, y agradeció que “por suerte mi hijo de seis años no estuvo cuando pasó todo esto”. Sin embargo, el albañil lamentó: “Prescindí de varios trabajos porque no quiero dejarla sola a ella. No tenemos botón antipánico ni restricción de hogar y por casa pasan todos los días”.
Pedido de justicia
Roxana añadió que el rondín policial que le ofrecieron duró tres días “pero ahora hablé con el juez que lleva mi caso y dijo que iba a volver a ponérmelo, además de darme el botón antipánico y la restricción. Me aseguró que esto no iba a volver a pasar y que íbamos a llegar hasta las últimas consecuencias”.
Casi resignada, puntualizó: “Trato de estar tranquila por mi hijo, para darle tranquilidad a él”, y no pasó por alto el tormento que vive a diario por las heridas padecidas: “Sigo curándome en el hospital Cestino con un cirujano. Tengo la carne viva en el brazo y la espalda por las quemaduras. No puedo dormir, sufro y no quiero que nadie sufra como yo. Siento mucho dolor al acostarme y al levantarme. Tengo pánico, no me siento bien. Lloro porque no puedo hacer cosas por mi hijo, me siento impotente como madre. No puedo salir a la calle porque tengo miedo y merecemos justicia, tenemos derecho. Esto no puede quedar así”, concluyó.
El acusado se encuentra actualmente en calidad de prófugo, ya que tiene el pedido de detención emitido por el Juzgado de Garantías interviniente. Esta semana se llevaron a cabo seis allanamientos para dar con él, tanto en su vivienda como en la casa de familiares, pero no fue encontrado.