Actuaron cinco ladrones, encapuchados y armados, que escaparon con dinero en efectivo y otros elementos de valor. Intentaron ingresar también a una segunda casa del predio.
Cinco delincuentes armados y encapuchados ingresaron ayer a la madrugada a una casa de Etcheverry. Allí golpearon y maniataron a su morador, lo amenazaron y le quitaron dinero en efectivo y otros elementos de valor, para después darse a la fuga y permanecer prófugos hasta el cierre de esta edición, informaron fuentes policiales y judiciales.
La víctima descansaba sola en su domicilio de calles 58 y 234 cuando, a las 2 de la mañana, escuchó un fuerte ruido en la puerta de chapa de la propiedad. Al incorporarse se topó con los desconocidos, todos con pistolas. “Esto es un robo, danos toda la plata”, le exigieron los cacos. El siguiente paso fue maniatarlo de pies y muñecas con cordones y tirarlo en el piso, a la vez que continuaban pidiéndole diferentes objetos de interés.
“Para salirse con la suya, además de amedrentarlo le pegaron tres culatazos en la cabeza, causándole tres heridas cortantes”, le contó a Trama Urbana un vocero. Los intrusos recorrieron todas las instalaciones de la quinta, donde se cultivan verduras, y se alzaron con $11.000 y electrodomésticos.
De allí, se fueron a un inmueble vecino, donde no llegaron a entrar y finalmente resolvieron huir, con rumbo desconocido. Tampoco se sabe en qué lo hicieron.
Rostros cubiertos
Cuando el damnificado se recuperó y descubrió que los maleantes ya se habían ido, pidió ayuda y se hicieron presentes al rato agentes de la comisaría Decimoquinta, aunque fue poco lo que pudo contarles. “Al no verles los rostros, ya que estaban cubiertos, no puede reconocerlos y tampoco tiene cámaras en la propiedad”, se lamentó un pesquisa, quien añadió que los implicados estuvieron cerca de 20 minutos en el lugar, mostrándose “siempre amenazantes”.
Por suerte, el estado de salud del perjudicado es bueno y las lesiones no revistieron de gravedad, por lo que no debió ser hospitalizado.
Intervino la UFI número 6, que caratuló la causa como “robo doblemente calificado por el empleo de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda”.