Economía: qué nos depara el 2015
EN FOCO
El año 2014 está llegando a su fin. Es tiempo de análisis y de reflexión sobre lo ocurrido en los últimos 12 meses, pensando en lo que se viene. En ese sentido, entender lo que puede llegar a suceder en materia económica resulta clave, y más cuando se avecina un periodo electoral con millones de argentinos que irán a las urnas para definir quienes serán los responsables de conducir el país. Lamentablemente, el factor bolsillo puede resultar determinante a la hora de inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato.
En enero vencerá la vigencia de la cláusula RUFO, que el gobierno firmó en los contratos con aquellos acreedores que aceptaron una quita de sus acreencias y que se sumaron a los procesos de canje de deuda en 2005 y 2010. La cláusula establece que ningún bonista obtendrá mejores condiciones de pago que aquellos que reestructuraron su deuda. Esta era la principal excusa que esgrimió el gobierno nacional para no llegar a un acuerdo con los fondos buitres, que obtuvieron el aval de la Justicia norteamericana para que el Estado argentino les pague el 100% del valor de los títulos que tienen en su poder.
La impericia y la incapacidad del gobierno K ha llevado a que, luego de una década donde los argentinos hicimos un titánico esfuerzo, permitiendo que con nuestro impuestos se pagaran más de 200 mil millones de dólares en concepto de vencimientos de deuda externa, pagos que otra parte se hicieron de forma absolutamente discrecional y sin hacer la más mínima auditoria, ahora nos encontremos con un país en default, absolutamente excluido del mercado de capitales.
Ni siquiera los infames acuerdos con Repsol y con Club de París, que llevaron a que entre gallos y medianoche el gobierno K se comprometiera a pagar 10.000 millones de dólares a una empresa que saqueó los recursos naturales de nuestro territorio y 3000 millones extras a países acreedores por intereses y punitorios que no figuraban en ningún asiento contable, sirvieron para que llegaran inversiones a la Argentina.
Lejos de intentar comprender la complejidad del panorama, el gobierno ha buscado sacarle un burdo provecho político a la disputa con los llamados fondos buitres, intentando hacer creer que se trataba de una suerte patriada. Nada más alejado de la realidad: ningún país puede progresar desde el aislamiento, en un mundo que se encuentra absolutamente globalizado. Los números no mienten: en la Argentina, la inflación en 2014 rondará el 40%, la caída del Producto Bruto Interno oscilará el 3% y prácticamente todas las áreas económicas cerraran el año con indicadores negativos.
Por otra parte, en 2014, los asalariados perdieron al menos 10 puntos porcentuales de su poder adquisitivo, si se compara el incremento real del costo de vida y los acuerdos paritarios que, en promedio, orillaron en el 30%. Ahora está previsto que, en los primeros días de enero, en la Provincia, se retomen las negociaciones con docentes y estatales, pero lo que se resuelva en ese ámbito de poco servirá si no se le pone un freno a los principales factores económicos que llevan a que el peso valga cada vez menos. Y esto se debe, principalmente, a que el aparato productivo nacional está desbastado, con la soga al cuello, por la ausencia de inversiones y de reglas de juego claras que den garantía a los sectores que disponen de capital. Producir bienes y servicios se ha convertido en una suerte de misión imposible en la Argentina, y por ello la Argentina hoy se está codeando entre las cinco naciones del planeta con mayor índice de inflación.
Asimismo, sin fuentes alternativas de financiamiento, el Estado mantendrá el cepo cambiario y aumentará aún más la presión fiscal sobre las pymes, buscando los recursos que hoy escasean para poder mantener el gigantesco gasto público improductivo de carácter clientelar, con millones de compatriotas cobrando planes sociales que los condenan a seguir siendo pobres o indigentes.
A la clase media también le esperan tiempos difíciles. Abandonada por un Estado que se queda con el 50% de sus ingresos, y que ni siquiera le brinda mínimos servicios en materia de salud, educación y seguridad, en los primeros meses de 2015 deberá hacer frente a aumentos de todo tipo y color. Las cuotas de los colegios, de la medicina prepaga, de la TV por cable o satelital, por citar sólo algunos ejemplos, reflejarán la dinámica creciente del proceso inflacionario.
Hemos llegado a un momento donde la estrategia de la bicicleta, ha encontrado sus propios límites. Si no se resuelve el frente externo, los argentinos afrontaremos otro año repleto de privaciones y de conflictos sociales.
Sin arreglo con los buitres habrá embargos y fuga de capitales
El ex ministro de Economía, Ricardo López Murphy, habló con Hoy y afirmó respecto a los fondos buitres que “no va a haber una negociación que tenga resultados en el primer semestre del 2015. Es una negociación compleja y el Gobierno no tiene voluntad de resolverlo, por lo que seguramente va a quedar para el próximo gobierno”.
“¿Qué cual será el impacto en la vida cotidiana? El no arreglo con los fondos buitres trabará acceso más fluido a créditos de capitales de Nueva York, eso es indudable y complica, pero no es vital en el corto plazo. Sí me parece que será determinante a largo plazo porque a este costo en la tasa de capital muchos créditos no serán factibles. Por ejemplo YPF se verá muy afectada”, opinó López Murphy.
El especialista, quien fue candidato a presidente de la Nación, sostuvo: “No veo al gobierno en la búsqueda de saldar la deuda con los holdouts y la intención sería que eso lo resuelva el próximo gobierno”.