Argentina, el país de los eternos conflictos

Choferes de micros, productores frutales, investigadores, maestros, nadie se queda afuera.

El viernes, un grupo de transportistas independientes cortó, con sus micros de larga distancia, la calle Hipólito Yirigoyen en su intersección con Bolívar, frente a Plaza de Mayo. Los choferes tomaron la medida en rechazo a una resolución del Ministerio de Transporte de la Nación que impide que vehículos de más de trece años de antigüedad presten servicios.

"Queremos que el ministro Guillermo Dietrich nos reciba. Si no el martes próximo, los diez mil transportistas vamos hacer un corte a nivel nacional", advirtió Carlos Sosa, uno de los trabajadores que se hizo presente en la manifestación.

Es uno de los conflictos a los que, en el último tiempo, los ciudadanos argentinos nos hemos acostumbrado, y que de alguna manera llegamos a naturalizar. Un estudio realizado por una consultora privada indicó que 2016 fue el tercer año consecutivo en el que se registraron más de 6.000 piquetes a nivel nacional, lo que da la pauta del fuerte afianzamiento de la modalidad de queja.

En el mes de agosto de 2016, casi un centenar de productores frutihortícolas de Río Negro y Neuquén regalaron 6 mil kilos de frutas en Plaza de Mayo con el objetivo de concientizar a los consumidores y a las autoridades sobre la falta de rentabilidad del sector. Los productores no logran cubrir sus costos, pese a que el precio de las frutas en el supermercado es hasta diez veces más alto.

Sobre el final del año, días antes de Navidad, becarios del Conicet ocuparon el Ministerio de Ciencia y Tecnología durante 5 día, luego de que se confirmara que el gobierno nacional realizaría un ajuste en el área que dejaría en la calle a más de 500 investigadores cuyos ingresos ya había sido aprobados.

Los primeros días del 2017 llegaron con un conflicto en el Ministerio de Educación que aún hoy no ha podido resolverse: los contratos de 300 empleados que finalizaron el 31 de diciembre no fueron renovados, lo que disparó una protesta y una ocupación pacífica de los gremialistas.

También los vecinos salieron a las calles durante este año, en esta oportunidad a reclamar por grandes interrupciones en el suministro de energía eléctrica. Dos semanas atrás, en el partido de Avellaneda tuvo lugar un corte en la electricidad que afectó a casi dos mil usuarios, quienes decidieron reclamar sobre la autopista Buenos Aires - La Plata, generando un caos en días de recambio turístico.

Todas estas situaciones vividas en menos de un año son sólo algunos ejemplos de cómo los problemas que afectan a diario al país se convirtieron en algo cotidiano. Durante todo 2016 se produjeron unos 17 piquetes por día, un aumento del 3% en relación a 2015, números que podrían incrementarse este 2017.

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