La historia del platense creador del rodado ecoeléctrico

Bicicletas para cómodos

El joven platense creador de la primera bicicleta ecoeléctrica de Latinoamérica contó detalles de su particular emprendimiento: sus inicios con las bicimotos y su debut en Tecnópolis

Gabriel Muñoz siempre le gustó el ciclismo, aunque, al parecer, pedalear no tanto. Antes de crear la primera bicicleta eléctrica de Latinoamérica, se dedicó al negocio de las bicimotos. 

En 2009, arrancó este proyecto único en la región. Continuando con el prototipo de bicicleta con motor en el que estaba trabajando, se ocupó aún más de lo eléctrico y avanzó en lo que años más tarde se convertiría en un medio de transporte ágil, silencioso y ecológico. 

Recién en 2014, luego de 5 años de pruebas, avances y retrocesos, pudo lanzar oficialmente el producto al mercado. “La etapa de de­sarrollo fue la más ardua. Fueron tiempos de prueba y error” dijo a Hoy Muñoz. Allí trabajó en el modelado, las matrices y en encontrar a todos los proveedores que requiere un proyecto de estas características. 

A partir de ese entonces llegaron las alegrías: primero fue finalista en un concurso nacional de innovación. Luego lo invitaron a mostrar su creación en Tecnópolis, algo que representó un momento bisagra: “Hasta ese tiempo el proyecto era secreto, estaba cubierto con una lona” dijo Muñoz. Su invento llegó a los noticieros del país para comenzar una etapa de crecimiento que pareciera no tener techo. Hoy fabrica cerca de cuarenta bicicletas por mes.

La Plata, en el mapa

Su invento es un rodado híbrido: tiene el cuadro de una mountain bike y ruedas especiales, con mayor cantidad de caucho que las tradicionales. Casi no demanda mantenimiento, apenas el mismo que el que necesita una bicicleta tradicional. El motor no requiere ningún tipo de atención y la batería tampoco, salvo mantenerla cargada, como un celular, y cambiarla cada tres años. 

Este joven, que estudió Diseño en Comunicación Visual y que acabó dedicándose al diseño industrial, empezó a pensar la idea con un amigo y continuó solo. Luego se sumó gente: “el diseño es mío, pero para un proyecto de estas características necesitás la colaboración de un grupo de trabajo”. 

Si bien es cierto que las primeras patentes de bicicletas eléctricas, datan del año 1897 en Boston, Estados Unidos, puede decirse que en La Plata se creó la primera de Latinoamérica. 

“No inventamos la primera bicicleta eléctrica del mundo, pero sí la mejor” dice Muñoz orgulloso de su creación. 

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