Latinoamérica, en moto: la travesía de un platense

El joven realizó más de 20.000 kilómetros por el continente y regresó ayer a Plaza Moreno, donde lo esperaban familiares y amigos

El pasado 10 de septiembre, Alejo Andrés Marcucci, un joven de 29 años que en La Plata tiene un taller de electromecánica, emprendió una aventura de tres meses que terminó ayer en Plaza Moreno: con su moto, equipada para la ocasión, recorrió el Norte Argentino, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. En total fueron más de 20.000 kilómetros en los que cosechó un sinfín de anécdotas. 

“Toda la vida me gustó andar en moto. En 2013 había hecho un viaje por el Sur y al regreso me empeciné con que quería irme a Colombia y ahí empecé a prepararme”, dijo el trotamundos, recién llegado. 

Sus familiares y amigos, exaltados de felicidad por su regreso, se reunieron para escuchar los pormenores de este viaje, al que no le faltó adrenalina, reflexión ni diversión. “A la ida hice toda la ruta costera, pero a la vuelta volví haciendo zig zag para meterme en zonas montañosas que quería conocer”, explicó a este medio. 

De toda su aventura, Marcucci destacó un par de historias: en Perú, una familia le dejó su casa para que se hospedara y ellos se fueron a dormir a lo de unos vecinos para que estuviera tranquilo. En Colombia, el dueño de un hostel le permitió que dejara la moto para que pudiera tomarse un avión y conocer la emblemática isla de San Andrés. 

“La buena onda de la gente de afuera es infernal. Más todavía con el motoviajero. En Perú hay una hermandad tremenda. Me tocó dormir en el piso en algunos lados, pero también otra gente me dio absolutamente todo. Afuera pasan cosas increíbles”, dijo.

Entre otros condimentos, agregó que la suerte estuvo de su lado. “No tuve problemas con la moto. Se la re bancó. Apenas pinché dos veces. Una de esas, curiosamente, fue en la hacienda Nápoles, la finca que fue de Pablo Escobar”, explicó. 

Según contó el joven, esta experiencia fue reveladora: “Aprendí que hay que perder los miedos. Me hablaban mal de países como Bolivia o Colombia y la verdad es que no encontré muchas diferencias con el nuestro”.

Aunque tampoco todo es color de rosa. Marcucci confesó que, en algunos tramos, el viaje se hizo difícil. “Por más que te prepares, la ruta te termina ganando. Hay muchas veces en las que te agarra angustia y querés volverte. Te toca estar solo en el medio de la nada o en un diluvio en la noche y uno termina preguntándose: ¿Qué hago acá?”, comentó el joven. 

Su hazaña, que en total le costó alrededor de 3.500 dólares, fue relatada desde una página de Facebook que creó antes de emprender el viaje. “Me armé una página que se llamó Conociendo América. Allí fui subiendo todas las fotos y anécdotas. Necesité de una compu para ir mandando las actualizaciones”, explicó. Por este motivo, en su equipada moto, llevó no solo repuestos, instrumentos de cocina, ropa y herramientas, sino también una notebook.

Además de los paisajes increíbles, una de las cosas que más le llamó la atención a este aventurero fue el tránsito. “En todos los países, excepto en la Argentina, me encontré con muy buenas rutas. Pero eso sí, conduciendo son un desastre. En Lima o La Paz es imposible manejar bien, hay que adecuarse a sus lógicas”, dijo entre risas. 

Todavía no sabe cuándo, pero ya tiene en mente su próximo objetivo: será un viaje por Mendoza y Chile. Y luego vendrán otros. “Con esto aprendí a vivir. Al cajón no te llevás nada”, concluyó Marcucci.