Ningufoneo: una nueva palabra detrás del celular

La Real Academia Española define el ninguneo como no hacer caso a alguien, no tomarlo en consideración. En otras palabras, menospreciarlo. Si esa actitud tiene en el medio un teléfono, ya podemos dar con un nuevo término. 

La Fundación del Español Urgente, que trabaja asesorada por la Real Academia Española y cuyo principal objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, presentó la novedad del “ningufoneo”, es decir, la actitud de ignorar o desairar a alguien por prestar atención a lo que sucede en su pantalla del celular. 

Se trata de una propuesta para reemplazar el extranjerismo phubbing, con el que se alude en inglés al hecho de que una persona solo preste atención a un dispositivo móvil sin hacer caso de su entorno.

El término phubbing es de creación reciente a partir de phone, que significa teléfono en inglés, y snubbing, que es desaire, desprecio o ninguneo. Tomando los equivalentes españoles es posible crear el neologismo “ningufonear”, un acrónimo de “ningunear” y “telefonear”, del que a su vez se puede derivar “ningufoneo”. 

A partir de estas voces pueden formarse otros derivados como “ningufoneador”, para la “persona que ningunfonea” y que puede funcionar bien como sustantivo o adjetivo. 

La contraofensiva

Se podría situar los inicios del phubbing en 2007, cuando los teléfonos inteligentes comenzaron a sintetizar en pocas pulgadas la potencia de una computadora. Hoy, con la posibilidad de mantenernos conectados a internet a cualquier hora, se generalizó esta obsesiva práctica que muchos perpetúan sin siquiera saberlo.

Actualmente son muchos los que combaten activamente este descortés hábito. Sus argumentos se comparan con el protocolo más básico a la hora de sentarse a la mesa, que reprocha empezar a comer antes de que todos hayan sido servidos, y que por ende reprueba el acto de ignorar a quien tenemos al lado. 

Los promotores de estas iniciativas antiphubbing aseguran que casi el 90% de los adolescentes prefieren el contacto vía texto que cara a cara y que los restaurantes experimentan 36 casos de phubbing en cada sesión de cena, y advierten de que este fenómeno puede acabar reduciendo las relaciones sociales.

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