“Órganos en chip”: un científico de Harvard pasó por la ciudad

El investigador de la universidad estadounidense Ben Maoz disertó en la sede local del Conicet sobre la novedosa técnica para testear medicamentos antes de ser ingeridos por los humanos 

En la tarde de ayer, el investigador israelí de la Universidad de Harvard, Ben Maoz, expuso los detalles de la novedosa técnica conocida como “órganos en chip”. 

Convocado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el científico disertó en la sede local del Conicet (8, entre 62 y 63) sobre las posibilidades de esos pequeños dispositivos (del tamaño de una memoria USB) que son elaborados a partir de células de la piel y pueden emular el funcionamiento de algún órgano humano. Esto permitiría hacer pruebas de medicamentos nuevos con mucha más eficiencia y seguridad que el testeo en animales o en seres humanos.

Sobre el proyecto, la investigadora del Conicet, Valeria Bosio, que ayer le dio la bienvenida a Maoz, reconoció que fue “top ten 2016 de las tecnologías de alto impacto a nivel mundial”.

Además, destacó que la iniciativa busca “democratizar la salud” y que va a tono con la necesidad de “abrir el nicho de conocimiento científico a la sociedad, que se transfiera, y que sea útil”.

Ciencia de alto impacto

El doctor en Química israelí tituló  “Órganos en chip” al proyecto que condujo como parte de su posdoctorado en la Universidad de Harvard. Apoyado en un proyector de diapositivas, Maoz, que disertó en inglés, pero con paciencia pedagógica, explicó ayer los alcances de la técnica, que no solo permitiría recrear órganos humanos con estos pequeños dispositivos, sino también replicar el proceso en otros órganos, juntar los chips y así crear un “minihumano en chip”. En resumen, se trata de “emular la funcionalidad del órgano con células humanas en un chip”, apuntó el israelí.

La técnica, que ya fue utilizada para asimilar pulmón, hígado, intestino y piel, ahora busca recrear al corazón, el cerebro y el riñón para, a través de ellos, probar la aceptación o tolerancia a determinados medicamentos, por ejemplo, contra el asma.

La innovación todavía está en fase experimental. A pesar de que parece lindar con la ciencia ficción, ayer Maoz la bajó a la realidad y busca que sea todavía más real. Tan real como el cuerpo humano.

Noticias Relacionadas