Psoriasis: casi un millón de argentinos la padece

Además de causar mucho dolor, ardor e irritación, esta patología se asocia con otras como obesidad, hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca

La psoriasis es una enfermedad de la piel que causa descamación, inflamación, dolor, hinchazón, calentamiento y coloración entre otros síntomas. Normalmente las células de la piel crecen desde las capas más profundas y suben lentamente a la superficie, reemplazando constantemente a las células muertas que se encuentran en la superficie; Este proceso de renovación celular tarda aproximadamente un mes, y con la psoriasis, dicha renovación se produce en pocos días, lo cual provoca que las células nuevas suban más rápido de lo habitual y se acumulen en la superficie.

Con respecto a ésta patología, Nilda Valdez, Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Gutiérrez explicó a Hoy que “la psoriasis es una enfermedad multisistémica, que afecta a la piel pero que también muchas veces está acompañada por otras que se llaman comorbilidades” (presencia de uno o más trastornos además de la enfermedad primaria).

En ese sentido, Valdez manifestó que “la psoriasis es una enfermedad sistémica que puede afectar a todo el organismo, como por ejemplo a los órganos y articulaciones”. A su vez la doctora remarcó que esta enfermedad tiene una predisposición genética, es decir, que aquella persona que padece dicho trastorno, posee el gen de la psoriasis, pero dependiendo de los agentes desencadenantes se va a producir un brote o no.

En relación a los factores que hacen que la enfermedad se haga presente en el cuerpo y en algunos casos que se agrave aún más, Nilda Valdez resaltó que el tabaquismo y el alcoholismo son actores fundamentales, y sostuvo que “la depresión es causa y efecto de la psoriasis, ya que se altera la calidad de vida de la persona, y eso hace que se profundice la problemática, ya que cuanto más depresiva está, el brote de psoriasis se hace más fuerte”.

Los tratamientos que existen para contrarrestar las consecuencias de dicha patología dependen de la gravedad de afectación, y se dividen en dos terapias: tópica y sistémica. En la primera se pueden usar corticoides de alta potencia, ácido salicílico (ayuda a eliminar las escamas) y calcitrol (detener la producción de células de piel adicionales); Y en la segunda se pueden utilizar metotrexato (retrasa el crecimiento de células ), ciclosporina (disminuye la actividad del sistema inmunológico) y el UVA (luz ultravioleta).