Sin solución en el Larrain

En el Hospital de Berisso sigue habiendo faltante de profesionales en la guardia pediátrica, y por eso no se pudieron reactivar las internaciones ni partos

El Hospital Zonal General de Agudos Dr. Mario V. Larrain, de la localidad de Berisso (Calle 5 nº 4435), es otro ejemplo de la crisis hospitalaria nacional. Denunciado durante años por las falencias edilicias, en julio pasado se quedó sin guardia pediátrica por falta de médicos.

Ahora, a más de un mes y medio del conflicto, el nosocomio del Municipio que dirige Enrique Slezack sigue sin poder resolver la atención a chicos de la zona: no alcanzaron a cubrir las vacantes, por lo que los sábados no hay guardia, y los niños que lo requieran son derivados a centros de salud de Ensenada o La Plata.  Otra grave consecuencia de esta situación es que permanece paralizada la atención de parturientas, y no se admiten internaciones pediátricas (justamente, porque hay un día a la semana en el que no habrá médicos por la noche).

Cabe resaltar que este servicio es cubierto por sólo un profesional por día y, en este sentido, el reclamo por mayor personal viene sonando fuerte, sobre todo desde que varios pediatras hayan renunciado el riesgo que implica atender nenes cuando se está trabajando solo y sobrecargado. Y si bien la explicación oficial a Hoy es que “no hay pediatras” en la zona para cubrir todos los cargos, desde el sector médico denuncian que esta carencia se debe al estado de emergencia de la especialidad, que aleja a los aspirantes a elegirla por los peligros que implica.

Bajo la lupa

Si bien los dramas del Larrain tienen su propia historia, el caso de Nahiara, la nena de 9 años que falleció a principios de julio por supuesta mala praxis, puso a la situación del nosocomio bajo la lupa.

Los papás de la pequeña –que iniciaron un juicio penal contra el médico de guardia que la atendió-  arrancaron una lucha por mejoras en el área de pediatría. “A mi hija nadie me la devuelve, peor no quiero que esto le pase nunca más a nadie”, contó a Hoy Ana Babán, mamá de Nahiara, que aspira que, en un futuro, se instale una sala de terapia intensiva pediátrica. “Sabemos que los cambios van a tardar, pero tampoco queremos que se dilate décadas”, destacó.

Hasta ahora, lograron compromisos y algunas refacciones básicas, como la llegada de una ambulancia, la recorrida “diagnóstica” por parte de autoridades, y el inicio de algunas remodelaciones, en las paredes y las aberturas:  “A mi hija tardaron 40 minutos en sacarla porque no pasaba la camilla: no se trata de un capricho cambiar la puerta” ejemplificó Babán.