Una operación oncológica puede tardar hasta 6 meses en el Hospital de Clínicas

La desidia y el abandono de uno de los nosocomios más importantes del país contrasta con la excelencia de sus profesionales. Esperan el anunciado traslado a otro edificio

Falta de ropa estéril para el quirófano, anestesistas que no aparecen o un banco de sangre sin donantes son algunos de los motivos que hacen que una cirugía demore hasta seis meses en el Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires.

En medio de la controversia por el traslado a un nuevo edificio, que tardará entre tres y cinco años, médicos y pacientes deben convivir cada día dentro de un hospital sucio y abandonado, en el que faltan insumos y las operaciones se postergan, según se denunció.

Se conoció que recién el lunes pasado pudieron extirparle un tumor de un riñón a una paciente, luego de cuatro intentos desde junio del 2016. En todo ese tiempo, más de seis meses, la cirugía fue cancelada tres veces por varios motivos: no había ropa para el quirófano, los anestesistas estaban de paro o se habían ocupado todas las camas, según comentaron los propios médicos a la prensa. 

La paciente, que se dio a conocer con el pseudónimo de María, llegó al Hospital de Clínicas después de que el sanatorio privado donde se atendía le propusiera una operación que implicaba quitarle el riñón entero, a pesar de que ya había perdido el derecho con otro tumor. Llegó buscando una segunda opinión pero, aseguró, encontró mucho más que eso. “La contención que me dieron no la tuve en ningún otro lugar, los médicos son excelentes. Para mí no hay otra opción que el Clínicas, a pesar de todo”, sostuvo.

Según el director del Hospital, Bernardo Bergroth, el caso de María “no debería haber pasado. Pero este hospital es un reflejo de nuestra sociedad, vamos arreglando las cosas en la medida que podemos”. Bergroth se hizo cargo de la conducción del hospital universitario más importante del país hace ocho meses. Se estima que un ochenta por ciento de los médicos argentinos pasaron alguna vez por allí. 

Cuando Bergroth fue designado como director, el Clínicas tenía ocho quirófanos sin uso. Tampoco había tomógrafo, mamógrafo ni resonador magnético. “A los pacientes había que llevarlos a otros sanatorios y pagar por el servicio”, denunció. “Esto no debería haber pasado, pero también es cierto que en 2016, con ocho quirófanos menos hicimos, 600 cirugías más”, agregó.

A mediados de noviembre, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, y el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) de quien depende el Clínicas, Alberto Barbieri, anunciaron un acuerdo para la construcción de un nuevo edificio justo enfrente del viejo. Hasta que eso ocurra, médicos y pacientes seguirán resignados en un hospital de trece pisos en el que hay días que apenas funciona un ascensor.

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