De Vido y Reposo, con poco vuelo

Los funcionarios K impulsaron el lanzamiento de un cohete nacional que terminó en fracaso: voló dos metros y se cayó. El problema de tener científicos prestigiosos pero dirigentes incompetentes

oco vuelo tiene la ciencia argentina si depende de funcionarios como el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido. y el titular de la Sindicatura General de la Nación y frustrado Procurador, Daniel Reposo. Uno, salpicado por cuanto escándalo de corrupción golpea al gobierno; otro, con problemas de dislexia: atribuyó las trampas de su curriculum presentado para intentar ser jefe de los fiscales a “errores de tipeo”. Ambos funcionarios K tienen en sus manos, además de billetes verdes, los proyectos aeroespaciales del país. Tal situación explica (en parte) el fracaso del reciente lanzamiento del Tronador II, prototipo con el cual se busca crear una plataforma de lanzamiento propia para los cohetes made in Argentina. Ambicioso proyecto, si no fuera porque… 

Porque duró segundos: fue un viaje de dos metros. Instantes después, de vuelta al suelo  de la base de Pipinas, en Punta Indio, justo frente al Río de La Plata. El episodio ocurrió el 26 de febrero, y pese a que se conoció ayer, fue seguido en el más absoluto secreto por el ministro de Planificación, bajo cuya ala se encuentra la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), y el titular de la Sindicatura General de la Nación (Sigen). 

Entre el entusiasmo y el miedo al papelón, De Vido y Reposo sobrevolaron la zona en helicóptero y bajaron hasta el Complejo Municipal, donde está el centro de control y monitoreo, y donde se aprieta “el botón rojo”. Se sintieron importantes. “Esta es la nuestra” pensaron, luego de los intentos frustrados de diciembre y enero pasados. Desde allí siguieron el lanzamiento: turbinas encendidas, fuego bajo el Tronador II, ruido ensordecedor: parodia berreta de Armagedón. El cohete debía volar 300 metros y caer en el Río de La Plata, donde se recuperarían los materiales (para ahorrar, claro, tampoco es cuestión de derroche).  Pero ya sabemos cómo terminó. 

Sin embargo, la Conae emitió ayer un comunicado para justificar el episodio y defenderse de la avalancha de críticas y burlas. "El resultado ha sido positivo, dado que se ha verificado el funcionamiento correcto de todos los sistemas del VEX1A tomados por separado. Por motivos que aún se están determinando, el despegue no terminó de concretarse", indicó el organismo que además tomó a un referente local para celebrar el acontecimiento: "El lanzamiento fue exitoso porque el vehículo se elevó".  

Con el criterio de nuestros funcionarios, entonces, la selección nacional de fútbol no necesita ganar el mundial de Brasil para alcanzar el éxito: ya se clasificó.  En el ámbito de la política, Daniel Reposo sería exitoso porque “asistió” a una conferencia, aunque él había dicho en su curriculum que “disertó”. Amado Boudou sería éxitoso porque aún está libre, Carlos Menem también, porque terminó su mandato, y ni hablar de Lázaro Báez, ejemplo del éxito kirchnerista en los últimos años. 

La ciencia nacional ha estado historicamente a la vanguardia de América Latina, y en algún momento sus descubrimientos se codearon con los avances más importantes a nivel mundial. Eran otros tiempos, pero aún hoy los científicos argentinos gozan de gran prestigio. De Vido y Reposo no, y ahí está el problema.