Economía en terapia intensiva

La recesión no da tregua. La producción industrial bajó 1,6% en marzo y acumuló 20 meses consecutivos de caída. Con la merma en la actividad de este sector, disminuye el empleo y aumenta el drama social

Los errores estratégicos de la conducción económica nacional que encabeza Axel Kicillof, está llevando a la Argentina a un verdadero zafarrancho, donde lo que habita en su horizonte es la recesión, el estancamiento económico, el desempleo, la pérdida del poder de compra de los salarios, que ha sumergido al país en una fuerte agonía.

Un informe dado a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), señala que la producción industrial bajó en marzo pasado un 1,6%, acumulando de esta manera 20 meses consecutivos de caída, dando real magnitud de la crisis productiva que vive el país.

Según el organismo público, los sectores que más cayeron fueron el textil (11%), automotriz (10,1%), bebidas (9,7%), edición e impresión (8,8%), siderurgia (7,8%), entre otros, lo que marca el pobre nivel de producción que tiene la Argentina de un tiempo a esta parte.

El gobierno se va quedando sin margen para generar políticas que puedan posibilitar la recuperación económica, el nivel de actividad y de empleo, y así cambiar este presente complicado que vive el país. Las ideas están al margen y sólo se busca que pasen los meses para que sea el próximo gobierno el encargado de solucionar estos problemas.

Desgaste industrial

A pesar de que el relato oficial niega que se esté en crisis y busque por todas las formas de instalar temas positivos desde el punto de vista económico, el país está en un proceso recesivo y con una tasa de crecimiento negativa, generando pronósticos reservados para el futuro.

En diálogo con Hoy, el profesor en la Universidad Nacional de Rosario y Universidad Nacional de Buenos Aires, Julio Gambina, aseveró que “el dato estructural es la recesión productiva que hay en la Argentina, por lo tanto esta caída de la producción industrial durante 20 meses consecutivos, es un dato estructural muy serio que afecta el nivel de actividad y el nivel de empleo”.

Para el economista y Doctor en Ciencias Sociales, “el principal impacto está en el amesetamiento de la capacidad de generar empleo, produciendo un impacto muy negativo desde el punto de vista social. Lo más preocupante de todo, es que los datos que da a conocer el Indec muestran un profundo deterioro en la capacidad de producción del sector manufacturero y del sector industrial”.

Desde el punto de vista macroeconómico, al gobierno le interesa el cierre de las cuentas públicas, y ante el vencimiento de deudas, toma nueva deuda para pagar deuda, aún cuando se diga que los niveles de endeudamiento son para expansión de la infraestructura, sólo se busca generar un ingreso de divisas ante la necesidad del país para poder cumplir los compromisos con el exterior.

“Ya terminó la fase de desendeudamiento y ahora hay una política agresiva de reendeudamiento. La Argentina salió a buscar esta semana 500 millones de dólares, tuvo ofertas por 2.000 millones de dólares, y finalmente aceptó 1.400 millones a una tasa que duplica lo que pagan países de la región. La Argentina paga tasas del 8,95%, cuando en la región pagan del 4 al 4,75%, o sea que el gobierno está usando créditos muy caros para reutilizarlos en el pago de la deuda”, sentenció Gambina.

No ha habido durante esta década ningún cambio productivo, donde la Argentina creció durante algunos años a tasas considerables sin que se hayan producido modificaciones en la estructura productiva, e incluso en el sector industrial, que ahora se ve agravado por la enorme dependencia de los insumos importados.

Al kirchnerismo le gusta hablar que desde su asunción se viene llevando adelante una política productivista e industrialista, con creciente inclusión, garantizando de esta manera un país para todos. Nuevamente la realidad, como en tantos otros casos, no hace más que pegarle una fuerte cachetada a la visión oficial.

Tocando fondo

Los números de la economía no paran de darle malas noticias al gobierno nacional. Según dio a conocer ayer el Indec, la utilización de la capacidad instalada en la industria registró en el primer trimestre del año una baja del 1,4% y se ubicó en el 66,2%.

En marzo pasado el nivel promedio de ese indicador registró un nivel del 67,1% y bajó un 1,1% respecto de igual mes del año anterior.

Los datos muestran que el nivel de utilización más bajo correspondió a la producción de autos con un 51,5% y la metalmecánica con un 53,6% lo que quiere decir que casi la mitad de la capacidad de producción está paralizada, por la retracción del mercado y las dificultades de lograr insumos para la producción.

Empleo en baja

El trabajo privado está cayendo, lo que estaba sosteniendo hasta ahora el empleo era el sector público. Con una perspectiva de recesión, de menos inversión, de caída en la productividad, el sector privado se estanca y a pesar de que desde el Ejecutivo se sigue emitiendo para sostener el empleo, no hay señales económicas que lleven a pensar que el empleo esté creciendo.

Eduardo Curia, exviceministro de Economía de la Nación, afirmó a Hoy que “la recesión que vive el país es un cuadro bastante instalado desde hace tiempo, donde el sector privado casi no crea empleo y sólo lo crea el Estado al empleo nuevo, eso no es bueno para la economía argentina”.

Según el economista, “este estancamiento prolongado, con fuerte caída en la producción industrial, produce un deterioro marcado de la economía, con desequilibrios de los precios relativos y con una merma en la capacidad de generar empleo que es preocupante desde el punto de vista social”.

“Hay un estancamiento económico que crece minuto a minuto, con una creación de empleo que en los primeros años era genuina y ahora cayó duramente siendo el Estado el único creador de empleo con las consecuencias que ello conlleva. No hay capacidad por parte del gobierno de obrar políticas que tiendan a la generación de empleo genuino”, resaltó Curia.

En un proceso donde hay una caída del PBI y un profundo estancamiento de la economía, hay tendencia a que si cae el producto cae la producción y cae el nivel de empleo, lo que genera un combo explosivo que puede estallar por los aires en cualquier momento.