Fuerte temporal

Edelap no invierte y deja sin respuesta a los vecinos

Todo el partido de La Plata y las localidades aledañas se vieron ayer afectados por cortes de luz, caída de postes y cables de energía. Muchos barrios continúan sin servicio. La empresa no realiza las obras correspondientes, pese a aplicar fuertes tarifazos

Como pasa cada vez que una tormenta fuerte transcurre en la región, los reclamos por los problemas ocasionados en distintos barrios, debido a la falta del suministro de energía eléctrica y al riesgo en las condiciones de seguridad generado por la caída tanto de postes como de cables del tendido de luz, fueron reiterados.

A lo largo de la jornada de ayer, de acuerdo a informaciones del Municipio, más de 30 postes fueron derrumbados por el temporal en todo el partido de La Plata, reiterando una situación similar a la que sucedió hace menos de dos años atrás tras un fenómeno de dimensiones semejantes.

Buena parte de las estructuras caídas en aquella ocasión, en la calle 4, desde 72 a 80, volvieron en la mañana de ayer a aparecer en la calle. Los vecinos de esa zona de Villa Elvira cuestionaron que la compañía no haya realizado la adecuada reparación y mostraron su descontento por verse afectados en dos oportunidades por la misma situación.

Como si fuera poco, Edelap no ha realizado el cambio de los llamados “postes palmera”, los cuales se hallan visiblemente en diversas zonas y cuya colocación está prohibida por las normas IRAM 1584 y 1586 para el tendido de energía eléctrica de Media Tensión. Se trata de grandes columnas de madera, cuya irresponsabilidad por parte de la empresa en la utilización de las mismas representan un peligro para la seguridad pública. 

De hecho, en reiteradas ocasiones se ha solicitado que los mismos sean retirados, pero Edelap no realizó las acciones correspondientes ni recibió los adecuados controles de los organismos reguladores. Además, los “postes palmera” afectarían severamente la salud de los vecinos, ya que podrían provocar la contaminación ambiental de las áreas en las que se encuentran emplazados, debido a los efectos de la radiación y la alteración del campo magnético.

Un comunicado sin soluciones

Edelap emitió ayer un comunicado oficial en la tarde-noche, cuyo contenido se refirió principalmente a aspectos “protocolares”. Lejos se encontró de informar la cantidad de ciudadanos que se vieron afectados por los cortes de luz.

Además, paradójicamente, se alerta sobre los requisitos de seguridad que deben tener en cuenta los usuarios cuando es la propia compañía la que, con la falta de inversiones correspondiente, los tendidos ilegales y las deficiencia en las obras pone en peligro a la ciudadanía.

A tono con lo que ocurre cada vez que se corta el servicio, al cierre de esta edición, numerosos barrios continuaban sin luz, y tendrán que esperar entre 24 y 48 horas más para tener restablecido el suministro de energía eléctrica.   

Tarifas abultadas sin mejoras en el servicio

Pese a los problemas ocasionados a miles de usuarios, los daños materiales y el peligro al que se encuentra sometida la población, la compañía fue premiada en el último año con cifras astronómicas.

En diciembre pasado, Edelap propuso subas de hasta el 42% para los usuarios residenciales de la región, aunque, según trascendió en los últimos días, la compañía estaría analizando, inminentemente, hasta un 50%. 

Dichos incrementos se sumarían a una tarifa que a lo largo de todo 2016 sufrió un 180% de aumento, con lo cual, a pesar de las paupérrimas condiciones del servicio, la compañía se beneficiaría con más de un 200% en doce meses.

Corte de calles y líneas en silencio

Un grupo de vecinos realizaba anoche un corte de calle en la intersección de 7 y 514 debido a que a lo largo de varias cuadras y en muchos domicilios de la zona se encontraban sin luz. 

El deficiente servicio de la compañía de energía eléctrica no solo abarcó ayer a los vecinos que no tuvieron suministro o que vieron obstaculizada la salida de sus domicilios por los postes caídos. Además, las líneas telefónicas de la compañía volvieron a brillar por su ausencia ante las desesperadas llamadas de miles de frentistas.

Lejos de dar soluciones concretas a la situación de emergencia, no hubo respuestas desde los teléfonos de la empresa. Por el contrario, lo único que encontraron la inmensa mayoría de los usuarios que intentaron pedir ayuda por medio de las líneas de asistencia técnica fue el mensaje grabado de un contestador automático, los cual no permitió ni siquiera vehiculizar los reclamos.

Concejales platenses piden más controles

El vicepresidente del Concejo Deliberante de La Plata, Javier García, solicitó que se conforme, de manera urgente, una Comisión de Seguimiento y Control en la Inversión y Servicios de la empresa Edelap

García sostuvo que “los vecinos y comerciantes de la ciudad han sufrido aumentos de hasta un 40% en las tarifas y, como si esto fuera poco, se registran cortes constantes en el suministro, que implican pérdidas incalculables para los comerciantes, que no pueden resguardar su mercadería”.

Además, hizo referencia a “los robos reiterados que se dan por la falta de energía eléctrica, dejando a la mayoría de los vecinos y comerciantes sin alarmas ni luz para controlar la inseguridad en sus barrios”. 

“El Municipio debe controlar a las empresas prestatarias de servicios de nuestra ciudad y, si no cumplen con los convenios e inversiones establecidas para brindarle un buen servicio a nuestros vecinos, deberán responder por los daños y perjuicios que ocasione su incumplimiento”, aseguró el edil del Frente Renovador.

En el ámbito político no son pocos los que pusieron la lupa sobre el deficiente servicio que brinda Edelap. En diciembre pasado, luego de la audiencia pública que habilitó a que la empresa siga llevando sus tarifas a precios astronómicos, la concejal Florencia Saintout señaló a este medio que el aumento propuesto por la empresa “es confiscatorio” y consideró como un hecho “grave” que primero se piense en cobrarle a los usuarios y luego en invertir. 

Una pérdida irreparable

El paso del ciclón extratropical dejó en las veredas de la ciudad un tendal de árboles arrancados de cuajo. Entre ellos, un ejemplar que ya formaba parte de la historia de la ciudad: el imponente ombú de Plaza Italia. A partir de ahora, los paseantes que trajinen ese punto emblemático de la capital provincial ya no podrán admirar su fantástico porte ni sentarse a descansar al fresco de su sombra. Las ráfagas de viento que alcanzaron los 100 kilómetros por hora desbarataron las ya débiles raíces del antiguo ombú que fue a dar con su denso follaje al piso.

“Ya lo estaban por cortar, porque decían que podía ser peligroso, pero parece que no va a hacer falta”, explicó a este medio Sergio, un vecino de la zona, mientras se tomaba nostálgicas fotografías junto al gigante caído. 

El sonido seco del quiebre se sintió en los alrededores. “Es un ruido que genera cosas fuertes. Era un árbol hermoso. Yo me vine a sacar una foto porque es una parte de la historia de la ciudad”, concluyó Sergio.

El drama, en primera persona

A raíz del temporal, cientos de platenses sufrieron incontables pérdidas. Vecinos de la ciudad contaron cómo vivieron la tarde en la que se arruinaron autos, se volaron techos y se mojaron bienes personales. Algunos ciudadanos perdieron todo. Miedo y desesperanza.

Natalia Villarroel, de 158 y 530

“Estaba trabajando y me llamó mi marido para avisarme que el viento estaba soplando mucho y que él estaba refugiado junto a mis hijos en el baño. Al rato se comunicó mi vecina y me avisó que se había volado todo el techo de mi casa. Otros vecinos sacaron a mi bebé de ocho meses y ayudaron a retirar los artefactos eléctricos porque se estaban mojando. Me avisaron que no podía ingresar a mi casa porque un cable de alta tensión, que se había cortado, estaba enviando corriente; ahí entré en un estado de crisis. Me asistieron en la guardia y, cuando vine, me encontré con el desastre. Vamos a pasar la noche en lo de unos vecinos. No sé cómo voy a arreglar la situación. Estaba pagando un préstamo para pagar mi casa y ahora tengo que sacar otro para arreglarla. Yo no tengo más plata y no puedo vivir sacando préstamos”.

María Belén Otasú, de 29 bis y 512

“Se voló, íntegro, el techo de mi casa. Es terrible lo que nos pasó. Tengo cuatro hijos y me quedé sin nada. Me falta el techo y se me mojaron todos los colchones. Algunos vecinos del barrio me ayudaron con ropa y con sábanas, y otros vecinos sacaron los árboles que habían quedado sobre las casas y también apuntalaron algunos postes de luz para que no se cayeran sobre la vía pública. Igualmente, hay un tendido sobre la calle y volvieron a dar luz. Tememos que alguno de nuestros hijos se electrocute”. 

Estela Ponce de León, de 139 y 528

“Se cayeron sobre mi techo las ramas de dos árboles muy grandes. Nos cansamos de llamar para que vengan a podarlos. A raíz de estas ramas caídas, se me rompieron unas chapas, se me está mojando la casa y también se empapó todo el yeso. En cualquier momento también se me cae eso. La verdad es que nos asustamos mucho. Mis nietos lloraban desconsoladamente. Fue justo a la hora del almuerzo, pero ante esta situación tan angustiante, ni ganas de comer nos dio. Estamos sin luz, sin cable, sin agua, y se está por caer otro palo de luz”.

Gisella López, de 116 y 38

“Trabajo en un geriátrico en el que, en la puerta, unos postes de alta tensión están a punto de caerse. Hace un rato levantamos a las abuelas de la siesta y ellas están muy asustadas. Llamamos a Defensa Civil, a los Bomberos, a la Policía y nadie nos atendió. Estamos sin agua, sin luz y los dueños del establecimiento están trayendo bidones para que los viejitos no se deshidraten. A nosotros solamente nos queda cuidarlos”.

Itamar Corra, de 158 y 530

“Me afectó mucho. Se me volaron siete chapas nuevas de mi casa y se me mojó todo. En este barrio fue un desastre. Miraba por la ventana cómo volaban las chapas de las casas de todos los vecinos. Corrimos todos los muebles y artefactos eléctricos para la parte de adelante de la casa; atrás está todo al descubierto. Vinieron unos amigos de mi hijo para ayudarnos a cambiar las cosas de lugar y gracias a ellos no tuve que sufrir más pérdidas materiales que lo del techo. No tenemos agua ni luz. La llamé a mi vecina, que es una señora mayor que está construyendo, para avisarle que el temporal le había volado el techo de la casa. Ella sufre del corazón y cuando le dije tuvieron que llevarla al hospital porque empezó a sentirse mal. Creo que hice mal en avisarle, pero tampoco me lo podía guardar”.

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