El salario mínimo, en franco retroceso

La caída en el poder adquisitivo ha llevado a que los ingresos, sobre todo de los sectores populares, alcancen cada vez menos, cayendo su capacidad de compra un 15% en 2016. Especialistas consultados por diario Hoy analizan el avance del deterioro en el consumo nacional

El estancamiento del consumo y una economía en recesión que no parece dar un pronóstico alentador de cara al corto y mediano plazo es el escenario habitual de la Argentina de hoy. Los sectores más vulnerables de la sociedad son los que más sufren esta situación, padeciendo una merma considerable en su poder adquisitivo y capacidad de compra.

La Canasta Básica Total para la familia argentina, según datos del propio Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), se encuentra hoy en los $13.323, una cifra muy lejana a los $8.060 del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM).

Especialistas consultados por diario Hoy coinciden en recalcar que las políticas económicas encaradas por el Presidente Mauricio Macri han hecho que la retracción en el consumo haya llegado el año pasado al 5,9%, aunque para aquellos que perciben el SMVM, la merma ha trepado al 15%, mostrando a las claras una desigualdad creciente en el nivel de ingresos y gastos de la población.

A pesar de que la Argentina tiene uno de los salarios mínimos más altos de la región, la capacidad de compra está entre las más bajas de los países vecinos (ver aparte), pudiéndose adquirir nada más que el 60% de la Canasta Básica Total que toma el Indec como factor para medir el nivel de pobreza en el territorio nacional.

En caída libre

De acuerdo a los expertos, nuestro país, con una inflación que en 2016 rondó el 42% anual, se convirtió en una de las naciones con mayor nivel inflacionario del mundo, lo que ha generado un círculo vicioso cuya consecuencia es una caída sustancial en el consumo, y que a su vez conlleva un deterioro en la industria y la producción nacional, ocasionando mayor de­sempleo y un deterioro del tejido social con consecuencias todavía impredecibles.

Según se puede apreciar de los datos crudos de la realidad, entre los sectores que tienen como única entrada de dinero el SMVM, el ingreso mínimo real laboral se redujo a un 11%. Este hecho causó una baja significativa en las ventas minoristas, que llevó a que solo durante los pasados 12 meses cerraran alrededor de 5.000 establecimientos destinados a la venta de productos de consumo popular. 

Cifras oficiales aducen que en 2016 se contrajo el consumo de productos en todo el territorio nacional un 30%, fruto de la devaluación cercana al 40% originada por el gobierno de Cambiemos ni bien llegó a la Casa Rosada, lo cual inmediatamente hizo retroceder el poder de compra en gran masa en las clases media y baja.

El poder de compra de productos de primera necesidad mermó a tal punto que en los sectores con menores ingresos impactó con gran fuerza. La adquisición de artículos esenciales para la canasta alimentaria de los más humildes disminuyó un 56%, siendo los de mayor baja el aceite, que se retrajo un 53%; la harina, que descendió un 43%; la leche y los huevos, que bajó un 37%; la carne picada, un 35% y los fideos, un 28%.

Como puede observarse, se trata de una caída pronunciada en el poder adquisitivo del Salario Mínimo, Vital y Móvil que impacta con mayor profundidad en los sectores más vulnerables, poniendo al consumo y la capacidad de compra de los argentinos al límite y al filo de la cornisa.

Cifras de una realidad incontrastable

$13.323 el valor de la Canasta Básica Total para una familia tipo en la Argentina

$8.060 el Salario Mínimo, Vital y Móvil que rige en nuestro país

60% de la Canasta Básica Total se puede adquirir con el SMVM actual

42% la inflación que tuvo la Argentina durante el año pasado

37% descendió la capacidad de compra de leche de los que menos ganan

56% se contrajo el consumo de productos en territorio nacional

15% la caída en el poder de compra del SMVM en 2016

11% se redujo el ingreso mínimo real laboral en nuestro país

Argentina, el país más caro

Ante la caída del poder de compra, las autoridades salieron a remarcar que la Argentina es uno de los países de la región con más alto salario mínimo, lo cual, aunque sea verdad, esconde que la capacidad de consumo de dicho ingreso es superior en otros países de latinoamérica en comparación con el nuestro.

Tan es así que, mientras en suelo nacional el SMVM es de 509 dólares, la canasta básica total trepa a los 860 dólares. En Uruguay, el salario mínimo es de 432 dólares y la canasta básica trepa a los 137 dólares.

En el caso de México, el SMVM es de 134 dólares y el valor de la canasta básica llega casi a los 100 dólares. Chile, por su parte, presenta un salario mínimo de 410 dólares y una canasta básica de 325.

Brasil, producto de la crisis económica que atraviesa, sufre un fenómeno parecido al de la Argentina, ya que cuenta con un SMVM de 216 dólares y para poder acceder a los productos para subsistir se requieren 314 dólares.

Palabra de especialistas

“Los alimentos son más caros en Buenos Aires que en Londres” José Castillo Economista, docente en la UBA

“Comparando a la Argentina con el resto de los países de la región, independientemente de que el monto legal del salario mínimo de nuestro país esté más arriba que el de los otros, cuando miramos los bienes que efectivamente se pueden comprar o nos preguntamos qué significa el salario mínimo en sí mismo, notamos que en el país se da la particularidad de que hay trabajadores informales cobrando por debajo del mínimo, o sea que este no es real, mientras que en otros países de la región hay un mínimo que sí lo es, y que va de ahí para arriba. 

El costo de cualquier canasta de bienes en la Argentina medido en dólares es mucho más alto, entonces estamos ante la aberración de que los alimentos son más caros en Buenos Aires que en Londres. De esta manera, al hecho de la inflación y de la baja salarial en pesos, también hay que sumarle que la Argentina es un país carísimo y con salarios muy bajos.

Esta situación se debe básicamente a que en el año 2016 la política económica ejerció un plan de ajuste fenomenal, que significó una pérdida de, en promedio, el 10% del poder adquisitivo de los trabajadores en blanco.

La política del Gobierno hacia 2017 es mantener esta situación, los trabajadores no van a recuperar esa pérdida de 2016, y se mantendrán los planteos de los techos salariales de alrededor del 18% cuando efectivamente la inflación no va a ser eso”.

“Los ingresos cayeron producto del ajuste del Gobierno”María Fernanda Vallejo Economista e investigadora en la UBA

“Los sectores más vulnerables y de más bajos ingresos son los que vienen padeciendo la política económica que ha instaurado 

Mauricio Macri desde su asunción. Su posicionamiento claro a la derecha del arco económico ha hecho que los salarios hayan caído en forma gradual y progresiva, perdiendo la batalla contra la inflación.

Esta situación puede verse claramente en buena parte de la sociedad que estando en blanco cobra el Salario Mínimo, Vital y Móvil que apenas llega a los 8.000 pesos y alcanza a cubrir poco más del 60% de la canasta básica, convirtiendo en una misión imposible llegar a fin de mes.

Con un poder de compra en baja y un consumo que se retrae con el correr de los meses, la verdad es que los resultados lejos de mejorar vienen empeorando a medida que el Indec da a conocer las estadísticas oficiales y las mediciones privadas coinciden con todas esas tendencias negativas. No hay ningún dato de política económica positivo que podamos señalar

Los ingresos en Argentina cayeron producto del ajuste del Gobierno, esa es una realidad ineludible. Lamentablemente los pronósticos en vez de ser positivos nos invitan a ser pesimistas, ya que lo que se viene es una etapa de profundización de las políticas de ajuste que llevaron a que se haya pagado un alto costo en materia económica y social para la gran mayoría de los argentinos”.

“El salario mínimo en la Argentina no es coherente” Roberto Dvoskin Exsecretario de Comercio Interior

“El gran problema que tiene la Argentina de un tiempo a esta parte es la falta de coherencia en su diagramación de las políticas económicas. Los constantes vaivenes llevan a que no se logre algo a largo plazo, que perdure en el tiempo y vaya en dirección a una mejora sustancial para los argentinos.

El Salario Mínimo, Vital y Móvil en el país no es coherente: recordemos que es un proceso que se da en una base por la cual se pactan salarios y es algo para el presente y el ahora. Si esto fuera un proceso constante en el tiempo, se podrían planificar acciones en beneficio para los que menos tienen, para que puedan consumir más y mejorar socialmente.

Es importante destacar que en el Gobierno parecen no darse cuenta que durante el año pasado hubo una pérdida sustancial del SMVM de poco más del 10%, que en los sectores más bajos de la población repercutió con mayor dureza bajando en forma considerable su poder de compra y consumo.

En vez de hacer proyectos que favorezcan a los que menos tienen como reducir el IVA a los productos de la canasta básica de máxima necesidad y subírselos a los productos importados y de más alto nivel, siguen usufructuando con el IVA, más que nada porque es un impuesto distorsionado de fácil recaudación, pero que afecta con dureza a los que menos poseen, colocándolos en una situación de vulnerabilidad muy grande”.

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