Emisión descontrolada: cada vez se imprimen más pesos en Brasil y Chile

Ni en tiempos de la hiperinflación hubo tantos billetes en la calle. En la actualidad, circulan 5.581 millones, casi cinco veces más que durante la peor crisis de las últimas décadas. Los contratos con los organismos internacionales se hicieron sin licitación ni transparencia

Según el Banco Central, en la actualidad circulan 5.581 millones de billetes, lo que equivale a 423.598 millones de pesos, es decir, casi cinco veces más de billetes circulando que durante la peor crisis inflacionaria de las últimas décadas.

Porque a fines de 1990, durante la segunda etapa de la hiperinflación, que había comenzado durante la gestión de Raúl Alfonsín, el papel moneda que había en la calle equivalía a 1.856 millones de billetes, y en junio de 1989, la cifra había 1.350 millones de unidades.

Pero en esta década, la presidenta Cristina Kirchner, reacia a admitir problemas como la inflación, se resistió a que la Casa de Moneda emitiera un billete de más alta denominación que el de cien pesos, mientras que durante el alfonsinismo se llegaron a imprimir billetes de hasta 500.000 australes. No lo hizo este gobierno, que, por el contrario, “revalorizó” los papeles de menor monto, como los de 50, 5 y 10 pesos, que pronto circulará en la calle con un nuevo diseño. El Estado los hará con máquinas y tinta que le vende la multinacional SICPA, fuertemente vinculada a la titular de la Casa de la moneda, Katya Daura, y del vicepresidente Amado Boudou.

Es tal el descontrol actual, que por primera vez los pesos se imprimen en cuatro fábricas de dinero distintas, incluso del extranjero: las dos plantas que fabrican plata oficial en la Argentina (la tradicional y la polémicamente estatizada Ciccone Calcográfica, por la que el Boudou irá a juicio oral, tras haberla comprado de modo ilegal); más la Casa de Moneda de Chile y la de Brasil. Además, se podría sumar la imprenta de billetes de Alemania.

Sin embargo, el apuro por emitir más dinero, le quitó transparencia a las contrataciones que hizo la Casa de la Moneda, que nunca informó cuándo, cómo y por qué contrató, sin licitación, a las Casas de Moneda de Chile y Brasil, ni cuántos millones de billetes imprimirá cada una, ni a qué costo.

Este descontrol es una característica de la gestión de Daura, que fue designada en su puesto por Boudou, cuando éste era ministro de Economía. Más aún, una práctica sistemática del kirchnerismo.