Insólito: la banca pública financia a las tragamonedas

El Banco Provincia habría otorgado créditos a bingueros, cuyas ganancias crecen exponencialmente en momentos de crisis. Polémica abierta

Cuando existe malaria económica, hay un negocio que no para de crecer: las tragamonedas, que son maquinitas que poco y nada tienen de azarosas  y que –se sospecha- son programadas para hacer perder.

Ahora bien, en momentos en que las pymes y los sectores productivos del país están con la soga al cuello por la recesión, con posibilidades casi nulas de poder acceder a financiamiento, llama poderosamente la atención que empresarios bingueros, que regentan las tragamonedas en territorio bonaerense, hayan accedido a préstamos otorgados por el Banco Provincia.

Según pudo saber Hoy, autoridades de la banca pública reconocieron, durante una reunión con legisladores provinciales en la Cámara de Diputados realizada la semana pasada, haber asistido crediticiamente a bingueros.  No se informó cuáles fueron las empresas y/o empresarios favorecidos, ni los montos otorgados. De ahí la sospecha de que ese financiamiento podría haberse utilizado para pagar el canon que las salas de juego tienen que abonarle a la Provincia para acceder a las extensiones de licencias de hasta 15 años que, de forma unilateral, viene otorgando el gobierno provincial, sin hacer llamados a licitación. Para eso se vale de un polémico decreto redactado entre gallos y medianoche en el año 2006 por el entonces gobernador Felipe Solá.

Algunas fuentes consultadas por Hoy intentaron dar a entender que, en realidad, las fechas de los créditos y de los montos otorgados no se corresponde con el canon que, cabe recordar, puede ser cancelado en hasta 60 cuotas sin interés. Pero la sospecha igual está instalada y las propias autoridades provinciales juegan al misterio: no respondieron los llamados de nuestro diario.  De confirmarse que los préstamos fueron para pagar el canon estaríamos asistiendo a un escenario donde la Provincia financió a los bingueros para que estos pudieran cumplir con sus obligaciones con la propia Provincia. Sería, lo que se dice, un negocio redondo.

Cabe preguntarse, entonces, si los empresarios del juego necesitan créditos, ¿dónde van a parar los miles de millones de pesos que tienen como ingresos gracias a los favores del poder político? Los bingueros tienen instaladas máquinas tragamonedas en las localidades más pobres de la Provincia (cuanto mayor es la necesidad económica, más se recurre al juego como mecanismo de salvación), que funcionan las 24 horas del día, los 365 días al año, con exenciones para el pago de tasas municipales y con amplias facilidades para esquivar la ley antitabaco permitiendo que en los lugares donde funcionan las tragamonedas también haya clubes de fumadores. Las consecuencias son catastróficas: suicidios, familias destrozadas por las deudas, economías locales esquilmadas.

Así es como, por ejemplo, en un  país como la Argentina, donde la relación cambiaria es la de un euro por cada 11,3 pesos, la empresa europea Codere (administra 14 salas bonaerenses) declaró ingresos en su balance por 225,4 millones de euros en el primer semestre de 2014. En tanto, en  México obtuvo 162,5 millones de euros, cuando en el país azteca el parque de máquinas tragamonedas es tres veces superior; en Italia, declaró ingresos por 127, 4 millones de euros; y en  España (la cantidad de maquinitas de Codere duplica a las que tiene en Argentina) por 75,5 millones de euros. ¿A qué se debe semejante diferencia? Varios especialistas aseguran que es el resultado de la falta de controles que existe en la Argentina.

Se cree que una de las principales cajas de la política es, precisamente, el juego. Y de ello pueda dar cuenta el kirchnerismo que, en la última década, permitió al empresario Cristóbal López
inundar el país de casinos y tragamonedas para luego avanzar con la compra de petroleras, medios de comunicación (que obviamente son oficialistas) y hasta compañías que administran peajes.

Un detalle no menor es que uno de los principales accionistas de Codere es el fondo de inversión Blackstone, que tiene en su poder títulos de la deuda argentina en default y estaría vinculado con el litigio que actualmente afronta el Estado argentino en la Justicia de Nueva York.  En otras palabras, el principal operador del negocio del juego Provincia está en manos de un fondo buitre.