La realidad contra el “relato K”

Uno de cada cinco argentinos no tiene un empleo de calidad. El 31% de la gente en edad de trabajar está inactiva. Otro 5% no trabaja, aunque busca hacerlo. A eso se suman los empleos de baja productividad

Sólo uno de cada cinco argentinos en edad activa tiene un "empleo de calidad" en el país del gobierno K. Además, la mayoría de las personas en edad de trabajar permanece en la inactividad, está desocupada o tiene una ocupación de baja productividad. Este es el resultado de un informe realizado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

"Para ofrecer a la gente la oportunidad de contar con empleos que le permitan ser artífices de su propio progreso, es necesario multiplicar las inversiones, mejorar la calidad de la educación y modernizar las instituciones laborales", indicó el trabajo.

El estudio sostuvo que "si el aparato productivo genera empleos de calidad en número insuficiente para la cantidad de personas en edad de trabajar, el derecho al trabajo se convierte en una declamación y el rol protectorio de la legislación laboral se debilita".

De aquí la relevancia de evaluar la situación laboral de las personas en edad activa en el país de los Kirchner, indica el informe del instituto económico privado, que analizó la situación de personas de entre 16 y 59 años en el caso de mujeres y 64 años en el de varones.

Según datos oficiales del INDEC, referidos a grandes centros urbanos para el 2014, el 21 por ciento de los trabajadores es asalariado registrado en el sector privado.

La institución privada también reflejó que el 43 por ciento tiene otro tipo de ocupación, comprendiendo empleo público, trabajo asalariado no registrado, servicio doméstico y trabajo autónomo. El 31 por ciento lo constituyen inactivos, es decir, aquellas personas que no trabajan ni buscan trabajo y no tienen visiones de conseguirlo al corto plazo, y el 5 por ciento no trabaja pero declara estar buscando activamente un trabajo.

"Estos datos muestran que más de un tercio de las personas en edad de trabajar no lo hacen, ya que optan por la inactividad o buscan un empleo pero no lo consiguen", explicó IDESA en su informe.

A esto se suma una proporción aún más grande que ocupa puestos de trabajo que en su mayoría son de bajos niveles de productividad, como ocurre con el empleo público redundante y gran parte del trabajo autónomo no profesional, servicio doméstico y empleo asalariado informal.

 "Como conclusión queda que apenas uno de cada cinco personas en edad de trabajar tiene un empleo asalariado registrado en una empresa privada", remarca el instituto. También remarca que el hecho de que sólo un quinto de la fuerza de trabajo tenga una ocupación "de calidad" desnuda las restricciones estructurales contra el establecimiento de un proceso sostenido de desarrollo social.