La última primavera K llega con nuevas restricciones

Ante el incremento en la demanda de dólares, la AFIP redujo hasta la mitad la autorización para la compra de divisas ahorro. La desesperación del gobierno frente a la escasez de reservas y el impacto en el resto de la economía. Opinan los especialistas

Hacia la última primavera kirchnerista, septiembre amaneció con sorpresas. Porque tras dos meses de demanda récord de dólar, en los que se compraron más de US$ 1.200 millones, el gobierno hizo evidente la creciente restricción al acceso de divisas. Y lo hizo de manera autoritaria, discrecional e improvisada, tal cual lo dicta el manual K.

Pese a que la normativa establece que los particulares (trabajadores registrados y autónomos) que ganan más de dos salarios básicos pueden comprar hasta el 20% de sus ingresos en moneda extranjera, en la mañana de ayer, sin mediar anuncio alguno, varios de los pequeños ahorristas advirtieron que el monto autorizado se había reducido hasta un 50% respecto del mes pasado. Resulta perverso -y para nada casual- el día elegido por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para realizar el recorte: en el primer día del mes, cuando la mayoría de los contribuyentes cobra su salario y se lanza a comprar dólar ahorro, como un salvoconducto para proteger su alicaído poder adquisitivo.

A su vez, los movimientos de los contribuyentes son incentivados por la inconsistente política económica del gobierno, y chocan con los desesperados manotazos K para proteger las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que se escapan como arena entre los dedos, producto del incremento del déficit fiscal, el creciente gasto público y la emisión monetaria sin límites, entre otras causas.

Un cepo al cepo
Pero, como ya lo hiciera con el cepo al dólar, el relato oficial volvió a negar este cepo al cepo: “Permanece inalterable” la autorización para adquirir divisas, afirmó el multidenunciado titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.

En tanto, el economista y profesor en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Julio Gambina, le dijo a Hoy que “no debe sorprender que la AFIP restrinja de derecho, anunciándolo, o de hecho, vendiendo menos, entregando menos. Porque es evidente que las reservas internacionales están en baja”.

En lo que respecta al régimen legal de compra de moneda extranjera, el BCRA se desprendió de más de US$ 7.183 millones, de los que US$ 2.965 millones correspondieron a 2014 y US$ 4.217 millones a los primeros ocho meses de 2015, por lo que, dicen los especialistas, las operaciones de este año duplicarán a las del año pasado.

“Va a haber problemas luego de las elecciones”

En este contexto, es de destacar el rasgo casi esquizofrénico del gobierno. “En un momento tomaron la decisión de favorecer el ahorro en dólares y ahora restringen, porque mes a mes hay récord de compra de divisas, lo que responde a una expectativa, no sólo para hacer una diferencia por el cambio de ese dólar comprado a un precio oficial y vendido en el dólar paralelo, sino, ante la posibilidad de una devaluación”, señaló Gambina.

En cuanto al mercado ilegal y esa “ganancia rápida” alimentada por el gobierno (en la que quienes pueden comprar dólares al cambio oficial, luego hacen una diferencia vendiéndolo a precio blue), la semana pasada la ganancia instantánea llegó al 40%, producto de la brecha entre ambas cotizaciones, que se ubicó por encima del 60%. Ayer, la divisa oficial cerró a $ 9,31, y la paralela, a $ 15,51. Pero es una incógnita a develar lo que ocurrirá con el blue si continúa restringiéndose la oferta de dólares.

“Es una realidad que la expectativa por la moneda externa es mayor que la que se tiene por el peso. Porque hay temor por una posible devaluación, aunque el kirchnerismo lo niegue.  Me animo a decir que va a haber problemas desde el 25 de octubre hasta diciembre; el nuevo gobernante va a presionar para que la administración saliente pague el costo que una devaluación tiene para los sectores más pobres de la economía”.

“El único objetivo del kirchnerismo es llegar a diciembre”

Por Rodolfo Santángelo (Economista. Director de M&S Consultores)
Especial para Hoy

En los últimos dos meses, el atesoramiento de dólar ahorro adquirió una dimensión muy relevante, más de US$ 1200 millones de reservas cayeron por ese motivo, y ni siquiera se logró tranquilizar el mercado ilegal, porque en el último mes la divisa paralela estuvo nervioso y los recursos del Banco Central disminuyeron. El ritmo al que se están yendo las reservas es insostenible, pero estas medidas restrictivas (no sólo al atesoramiento, sino también a las importaciones, al turismo) son un atajo para que la brecha entre el oficial y el blue se incremente.

Se sabe que gran parte de la gente que compra dólar ahorro hace una diferencia en el mercado ilegal. Es una demanda que va en función de la política monetaria; y la compra de dólares al valor oficial, atrasado e irreal, va a ser infinita, porque el gobierno alimenta esa especulación.

Por otro lado, el corazón de esta política económica es gastar y emitir. Están en una carrera contrarreloj en la que el objetivo es llegar a octubre o diciembre y que se haga cargo el que venga.

Pobre del que gobierne la Argentina a partir del 10 de diciembre. Se encontrará con un agujero fiscal y monetario enorme, con reservas bajísimas, tarifas públicas muy rezagadas; deberá moverse en un escenario muy complicado.

“Las reservas del Banco Central están deterioradas”

Por Adriano Mandolesi (Economista e investigador de la Fundación Libertad)
Especial para Hoy

A pesar de que ayer el cupo de dólar ahorro a través del sistema de la AFIP no funcionó como lo venía haciendo en las últimas jornadas, desde el gobierno lo negaron. No se pueden encontrar soluciones a los problemas sin reconocer los inconvenientes que presenta la economía argentina, ni con inconsistencias tales como intentar paliar el déficit fiscal con emisión monetaria.

La realidad, más allá del “maquillaje contable”, indica que las reservas del Banco Central están muy deterioradas; esto significa que en algún momento se deberá sincerar el atraso cambiario.

En esa línea, el problema de fondo no es tanto la escasez de dólares, sino la abundancia de pesos en la economía, la emisión desmedida de billetes. Es decir, el nuevo gobierno deberá equilibrar las cuentas fiscales, controlar la inflación, frenar la fuga de capitales y recién ahí se podrá unificar el mercado cambiario y alcanzar un tipo de cambio equilibrado. Para esto, será clave la credibilidad hacia la nueva administración.