Lanata-Tomeo: una polémica televisada

Luego de la confusa situación que protagonizaron el fin de semana, tal como anticipó Hoy, Jorge Lanata y un hijo de Carlos Tomeo -el empresario al que la diputada Elisa Carrió sindicó como supuesto testaferro de Aníbal “La Morsa” Fernández-, ayer el periodista se vio en la obligación de explicar su versión de los hechos.

Como recordará el lector, nuestro medio tuvo acceso al video que grabó el propio heredero del tabacalero, Juan Pablo Tomeo, de 17 años, como una especie de contrataque al conductor de Periodismo para Todos, quien se presentó en el country Abril, de Berazategui, junto con su equipo para filmar las propiedades pertenecientes al empresario.

“Pensamos que era gente vinculada a agentes de inteligencia que nos estaba siguiendo”, se defendió el periodista en su programa de El Trece, al tiempo que despotricó contra Tomeo por “viralizar” el material, habilitando agitadas polémicas en las redes sociales, por la “cobardía inusitada” y la “increíble bajeza” de “mandar al nene”.

“Tiene que seguirme usted. Así como afanó lo que afanó, investígueme usted”, desafió.

En el video en cuestión, el adolescente, al sentirse “invadido” por el accionar de Lanata, comenzó a seguirlo y a filmarlo en su recorrido interno por el barrio privado. Nervioso, el exdueño de Página/12 se bajó de su auto, increpó al joven por grabarlo, le sugirió que antes de hacer eso se fumara “un porro” y se identificó como “[el exagente de la SIDE, Francisco ‘Paco’] Larcher”.

Entonces, el propio Tomeo adelantó que iniciará acciones legales a la vecina que permitió el ingreso de Lanata, “por poner en peligro la privacidad de mi familia y violar mi intimidad”. No obstante, el periodista insistió en que no violó la privacidad de los lugareños: “Estábamos en la calle pública de un country, todo lo filmamos desde la ventanilla de un auto, no entramos a la casa de nadie. No entiendo a qué se refieren cuando hablan de ‘privacidad’. ¿Yo soy el que tiene que dar explicaciones por estar trabajando?”, ironizó.

Fiel a su estilo, sobre el final de su descargo, Lanata puso en duda, incluso, el accionar de los habitantes de Abril, porque, “ya que la Justicia no condena a tipos como Tomeo, pueden elegir no ser sus vecinos. Me da tristeza que se quejen ahora por lo que ellos aceptaron con pasividad o miedo. Si no defienden su casa, ¿quién la va a defender? Yo no quiero chorros viviendo en mi casa, no me gustaría tener a Al Capone al lado”.

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