Los K ponen primera: aceleran ritmo devaluatorio

El BCRA había disminuido la depreciación de la moneda previo a las elecciones. Tras la derrota, retomará la senda alcista

Aunque la Casa Rosada no lo reconozca públicamente, en Argentina la moneda se viene devaluando lentamente, generando pesadas consecuencias sobre todo para los ciudadanos de menos recursos, donde la crisis económica pega más fuerte.

Cabe recordar que durante este mes el Gobierno atenuó el ritmo devaluatorio, que anualizado pasó de estar cerca del 49% en agosto a desacelerarse hasta marcar un mínimo de 21% el miércoles pasado. La intención del Banco Central, conducido por Mercedes Marcó del Pont, fue la de evitar cimbronazos previo a las elecciones, aunque especialistas aseguran que tras la derrota del domingo, el dólar oficial retomará con fuerza la senda alcista.

“La notable desaceleración del ritmo devaluatorio debe entenderse bajo la premisa de evitar ruido cambiario antes de las elecciones. Volvería a acelerarse desde esta semana”, resume la consultora Empiria en su último informe. “Estimamos un dólar de $ 6,20 a $ 6,25 para el cierre del año, una tasa de devaluación anualizada del 30%”, extendió Pedro Rabasa, economista de esa consultora.

No afloja la emisión

“Es posible que se acreciente el ritmo devaluatorio”, señaló a Hoy Pedro Andrieu, exSecretario de Comercio de la Nación, y puntualizó que esta situación se dará debido a que “no parece que se atenue la tendencia a seguir con la emisión monetaria”. 

Además, aseguró: “Por otro lado, se va acumulando la presión en un sentido de devaluación porque hay que pagar un montón de cosas, como el depósito semanal que el país tiene que hacer por YPF según una de las cláusulas secretas difundidas, hay que pagar deuda, entre otras. Esto hace que las reservas del Banco Central tiendan a disminuir”, y ante esto el Gobierno opta por acelerar la devaluación.

“Y estas reservas no sólo son importantes por el respaldo que significa tenerlas guardadas en el Banco Central si no porque en un país más ordenado, no como este, las reservas se pueden usar para intentar bajar la tasas de cambio, y enfrentar la devaluación. Pero esto sucede cuando se tienen reservas para maniobrar. Acá todo apunta a que se van a tener menos reservas, con lo cual habrá menos capacidad de maniobra”.

Algunos síntomas de la nueva senda alcista

El viernes, apenas dos días antes de las elecciones, el Gobierno decidió empezar a romper con la desaceleración y permitió un avance del dólar mayorista de 1,6 centavos, siendo la mayor escalada de todo el mes. Para los analistas, adelantó una aceleración en el ritmo de devaluación para lo que queda del año.

Volviendo atrás en el tiempo, cabe recordar que la divisa mayorista subió 1,2% en enero y fue aumentando su velocidad hasta tocar un máximo de 3,03% en agosto. Tras ese pico, en septiembre marcó un 2,09% y en octubre va camino a cerrar en torno al 2%.

El economista Federico Muñoz también estima en 30% el ritmo de depreciación que retomará el oficial a partir de esta semana. “Da la sensación de que los precios no se vieron afectados por la devaluación de agosto todavía, así que entiendo que el BCRA aprovechará para recuperarse del atraso cambiario”, señaló.

Manotazo de ahogado: el Gobierno flexibilizó la entrada de dólares

Ante la evidente escasez de divisas con las que cuenta el Banco Central, el Gobierno tuvo su primera reacción tras la derrota electoral, flexibilizando la entrada de dólares al país, en lo que es una medida desesperada ante una situación económica asfixiante.

Ayer el Ministro de Economía Hernán Lorenzino autorizó el ingreso de divisas, sin necesidad de constituir un depósito de garantía, para regularizar deudas impositivas y para financiar la incorporación de equipamiento industrial, tecnología y vehículos pesados como camiones, ómnibus, maquinaria agrícola y vial.

Así se dispuso a través de las Resoluciones 657 y 661/2013 publicadas en el Boletín Oficial con la firma del mencionado ministro, que dejan sin efecto medidas adoptadas en 2005 por Roberto Lavagna cuando se desempeñaba como titular del Palacio de Hacienda del gobierno de Néstor Kirchner.

La medida establece que "no están sujetos a los requisitos establecidos en los incisos c) y d) del Artículo 4° del Decreto N° 616 del 9 de junio de 2005", que fijaba la "constitución de un depósito nominativo, no transferible y no remunerado, por el 30 por ciento del monto involucrado en la operación correspondiente, durante un plazo 365 días corridos", los ingresos de "fondos cursados por el mercado local de cambios en la medida que sean destinados al pago de obligaciones tributarias" o "a financiar la incorporación de equipamiento industrial y tecnológico de empresas establecidas en el país".