Obra pública y lavado de dinero: amplían denuncia contra CFK

La diputada Margarita Stolbizer reveló los detalles de una nueva y curiosa maniobra de lavado de dinero entre la familia Kirchner y su socio, Lázaro Baéz. Además advirtió al tribunal que la expresidenta le cedió, de manera subrepticia, todas sus propiedades a sus hijos Máximo y Florencia, lo que permitiría a la familia enajenarlas y haría imposible el recupero por parte del Estado. Lo hizo en la ampliación de denuncia que presentará esta semana ante el juez Julián Ercolini y el fiscal Gerardo Pollicita, quienes investigan la causa Hotesur.

Stolbizer explicó que el 10 de junio 2005 Néstor Kirchner y Lázaro Báez firmaron un fideicomiso para compartir un negocio inmobiliario y financiero: la explotación de un edificio de diez unidades en la calle Bartolomé Mitre 635, de Río Gallegos. Kirchner lo hizo en su carácter de fiduciante y Báez de fiduciario. El expresidente aportaría el inmueble y Lázaro, junto con su contador, Fernando Butti, aportarían el dinero, la maquinaria y el personal para terminar el edificio en el término de dos años. El acuerdo era claro: ambos se quedarían con cinco unidades cada uno.

La diputada nacional, con el asesoramiento de la abogada Silvina Martínez, explicó que el expresidente Kirchner se había quedado con el inmueble en los años ochenta, como parte de pago de su trabajo como abogado “carancho”. Néstor y Cristina se encargaban de perseguir a los deudores hipotecarios afectados por la 1050 de Martínez de Hoz. Muchas veces se quedaban con las propiedades. 

El 2 de marzo de 2005 el edificio ya estaba construido. Entonces Butti entregó a Néstor las unidades Funcionales del 1 al 5 y a Lázaro del 6 al 10.

Sin embargo, en su declaración jurada correspondiente a 2007, su último año como presidente, Kirchner se presentó como dueño no de cinco, sino de los diez departamentos. Stolbizer afirma en su escrito, que Lázaro le pudo haber cedido las 5 unidades a cambio del otorgamiento de obra pública. “Los fondos provenían siempre de un solo lugar: era dinero público asignado al empresario para obra pública que nunca concluiría”, escribió. 

 “Una vez más Lázaro Báez beneficiaría a los Kirchner como respuesta a las ventajas que recibía en la obra pública. Una vez más los Kirchner no pondrían un peso y obtendrían mejoras en sus inmuebles o nuevas propiedades. No solo Néstor Kirchner se quedó con las cinco unidades funcionales que le pertenecían a la empresa de Lázaro Báez, sino que este último le alquiló durante años esas mismas unidades funcionales pagando por inmuebles que por derecho le pertenecía”, se agrega en la denuncia. Stolbizer cree que se trata de una nueva maniobra de lavado destinada a blanquear plata y bienes para justificar, en su declaración jurada, el incremento de la fortuna familiar.

Stolbizer y Martínez revelaron además que durante 2008 y 2009, Lázaro le compró a la familia Kirchner cinco propiedades más, y que las pagó por encima del precio de mercado.

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