Pronunciado descenso del nivel educativo en Argentina

En cadena nacional, la presidenta afirmó que nuestro país es líder en educación en América Latina. Desde la Unesco señalan lo contrario. Un estudio comparado entre 15 países de la región nos ubica sextos en matemáticas y novenos en lengua

Como suele pasar en forma reiterada, la presidenta Cristina Kirchner se aferra a lo que quiere escuchar y ante un grupo de “aplaudidores” proclama datos, cifras, estadísticas que chocan con la realidad. Y lo hace apelando a la cadena nacional y en un horario que la televisión estima como central. Ella entiende que así llega a una mayor sobreestimada audiencia.

Cristina afirmó ayer que Argentina "es el mayor inversor de toda América Latina en educación", de acuerdo un informe difundido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Naciones Unidas (ONU).

"La Argentina – sostuvo la Presidenta- es el país que tiene mayor inscripción en educación formal, supervivencia y duración formal de la educación, medida en años y en términos de igualdad en el acceso", dijo la mandataria respecto al informe que analiza a Argentina respecto al resto de los países de la región.

Un baño de realidad

Pero cotejemos esos dichos a otros estudios serios. El Laboratorio de Evaluación de la Calidad en la Educación de la Unesco dio a conocer en los primeros días de diciembre las conclusiones del Tercer Estudio Regional de Calidad Educativa (TERCE), el que se efectuó durante el año 2013 en 15 países de Latino América: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, más el Estado mexicano de Nuevo León.

El estudio mide el nivel de conocimiento en Matemática, Lengua y Ciencias Naturales en alumnos de tercer y sexto grado del nivel primario. Se analizaron 134 mil estudiantes de 6.800 aulas de unas 250 escuelas  por país.

Los resultados no fueron para nada positivos para Argentina. En sexto grado, en Matemáticas, los alumnos argentinos lograron el sexto lugar, y en Lengua, en tercer grado, lograron la novena calificación, lo que mostró un marcado descenso del nivel educativo al compararse con los estudios similares llevados a cabo en 1997 y 2006. En 1997 Argentina había logrado el segundo puesto en cada una de las materias detrás de Cuba.

El director del Centro de Estudios de la Educación en Argentina,  de la Universidad de Belgrano, Alieto Guadagni, señaló que “en el TERCE Argentina quedó por debajo de Chile, Costa Rica, Uruguay y México”.

El objetivo de estos análisis científicos regionales es para que sus resultados sean tenidos en cuenta por los funcionarios con responsabilidades en educación, a fin de orientar las políticas públicas, pero en nuestro país, parece que solo se escucha o se le presta atención a los elogios y no a las críticas constructivas.  

Sin embargo, además de los problemas manifestados en el nivel primario, Argentina tiene graves dificultades en el nivel secundario, donde ocupamos el lugar número 11 en América Latina en cuanto a cantidad de egresados, lo que habla a las claras de una preocupante deserción.

Deserción en la secundaria a pesar de la obligatoriedad

Un relevamiento de la Unesco indica que en Argentina sólo el 43% termina la secundaria a la edad esperada, en cambio en países como Perú (70%) y Chile (68%) las cifras son mucho más altas. También México, Bolivia, Paraguay y El Salvador tienen mejores números.

Si bien la secundaria es obligatoria en Argentina desde 2006, cuando se sancionó la Ley de Educación, la deserción sigue siendo el problema más grave. De acuerdo a las últimas cifras disponibles, la tasa de abandono interanual es el del 15,8%. Pero si se suman los casos de repetición, se llega a que menos del 50% de los chicos terminan la escuela en tiempo y en forma.

En los últimos diez años la matrícula en el nivel medio argentino creció 12,6%: se sumaron 428.618 alumnos nuevos. Pero que entren más chicos al colegio no significa que permanezcan. “La escuela media es un dispositivo armado no para incluir, sino para seleccionar. La organización y la referencia cultural tienen elementos que discriminan a los sectores populares. No hemos podido pensar en cambios pedagógicos que estén más acordes con las exigencias de la cultura contemporánea”, indicó Guillermina Tiramonti, especialista en educación media de Flacso.