¿Qué pasa con nuestro sueldo? Los aumentos salariales ya son devorados por la inflación

Los incrementos acordados en paritarias, tanto estatales como privadas, están por detrás del aumento de precios. “Los salarios van a perder tres o cuatro puntos en términos reales este año”, señaló a Hoy el economista Eduardo Lucita

Los salarios corren en desventaja contra la inflación. Mientras el aumento de precios sube en ascensor, los incrementos acordados en paritarias lo hacen por escalera, de a tramos que no llegan nunca a alcanzar el valor de la canasta básica. Y el pronóstico para el 2014 es que no habrá demasiados cambios en este panorama negro.

De hecho, tal como adelantó ayer nuestro diario, hasta el propio Indec termina reconociendo en sus estadísticas que los sueldos no alcanzan a la inflación. Para febrero, el índice de salarios registró una variación positiva del 2,12% intermensual, una cifra menor al 3,4% de inflación registrado para ese mismo mes.

Los acuerdos salariales celebrados en la Provincia, tanto en el caso de docentes como de empleados estatales, establecen aumentos que oscilan el 30% (sólo llegan al 42% en el caso de los auxiliares), poniendo el piso salarial en alrededor de $5.000 para el mes de agosto, momento en que los precios estarán mucho más altos que ahora.

 

Varios puntos menos

 “En el caso de los docentes se trata de una escala que va del 30% al 38%, según las distintas escalas que tienen los docentes. El promedio del aumento está entre el 30 o 31%. Las expectativas más optimistas de la inflación para este año son de un piso del 30% o 32%”, aseguró a Hoy el economista Eduardo Lucita, docente e investigador en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de Quilmes. Ahora bien, si se hace una proyección del aumento del costo de vida, en función de lo registrado en el primer trimestre, la inflación estaría por encima del 40%.

“Desde el Gobierno estiman una inflación  de 25%, pero eso va a ser difícil de lograr, porque ya en el primer trimestre hay por lo menos un 10% acumulado, tendría que caer mucho la inflación para cumplir con esas expectativas”, señaló el especialista.

En ese sentido, el economista remarcó: “No hay que olvidarse que estos salarios que se están acordando, en el caso de la UOM y de la UOCRA también, son en tramos. Entonces cuando uno suma le da casi un 30% pero cuando hace el promedio ponderado es menos, debe ser un 26% o un 27%. En términos generales, salvo que pase algo inesperado, los salarios van a perder varios puntos en términos reales este año”.

De hecho, también según las cifras del Indec, tres de cuatro asalariados obtienen un ingreso máximo de $6500 pesos por mes por su ocupación principal, y sólo un 10% de los ocupados remunerados consigue ingresos superiores a los $9000. A su vez, reveló que el 10% más pobre tiene retribuciones por hasta $1200 pesos. 

Claramente, a la hora de llenar el changuito del supermercado y afrontar los gastos diarios de cualquier familia, estos números pasan vergüenza.

Para dar cuenta del delicado momento que está atravesando el poder adquisitivo de gran parte de los asalariados, hay que tener en cuenta que, por ejemplo, un alquiler de un departamento de dos ambientes, en La Plata, no baja de los 3500 pesos. Es decir, equivale al 70% del salario mínimo de un agente estatal o docente. 

En tanto, la canasta básica de alimentos, solamente en marzo, aumentó más de 3%. En ese sentido, se calcula que una familia tipo, solamente para alimentarse, requiere por los menos $2600 mensuales, es decir, más de la mitad del salario mínimo. Así no hay bolsillo que aguante.

La nula efectividad de los acuerdos de precios

Para el Gobierno, su principal carta para combatir la caída del poder adquisitivo es el programa Precios Cuidados. Sin embargo, el mismo ha demostrado escasa efectividad.

“Los acuerdos de precios, siempre que se han hecho en el país duraron algunos meses, y después los precios buscan el camino, los empresarios tienen formas de evadir los acuerdos, es lo que ha pasado históricamente”, explicó a Hoy el economista Eduardo Lucita.

En este marco, Lucita concluyó: “Hasta ahora los consumidores no tienen muchas herramientas para cuidar los precios, porque la mayor parte de la gente no puede ir al Mercado Central, y en la ciudad los precios son otros”.