Quieren convertir a la Provincia en una timba: Capítulo II

El gobierno bonaerense y sectores del kirchnerismo buscarían instalar un nuevo casino, con tragamonedas, en la Provincia. El lugar elegido es San Miguel del Monte. Interviene la misma comisión que favoreció a Luis Barrionuevo

La sospechas que desde hace más de veinte años pesan sobre el negocio del juego vuelven a levantar polvareda en la Provincia, que a medida que se va acercando el escenario electoral 2015 se va pareciendo cada vez más a una gran timba.

A la intención del Gobernador Daniel Scioli de legalizar y provincializar las apuestas deportivas on-line, adelantada por nuestro  diario en la edición del pasado jueves (ver La pelea por la caja de las apuestas deportivas), ahora se suma el impulso de un nuevo casino en San Miguel del Monte, con la excusa del fomento del turismo en la zona.

Miembros de las comisiones directivas de la Asociación de Empleados de Casinos y de la Asociación de Maestranza y Servicios de dicha actividad se reunieron con el intendente del mencionado distrito, el kirchnerista Raúl Alberto Basualdo, para poder instalar en ese partido una sala de juegos.

De hecho, ya a mediados de octubre del año pasado, el vicegobernador Gabriel Mariotto había realizado un acto en San Miguel del Monte  en el que se comprometió a garantizar la llegada del casino.

La polémica comisión

La iniciativa será analizada por la comisión Bicameral que trata la problemática del juego en la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el prontuario de este órgano no es el mejor para aclarar el tema, sino todo lo contrario.

Esta comisión fue la que aprobó la autorización para que funcione un casino de la Provincia en el hotel Sasso que regentea el polémico dirigente sindical, Luis Barrionuevo. Esta resolución se efectuó no casualmente el pasado 8 de enero, en pleno receso de la actividad legislativa, cuando la gran mayoría de los diputados y senadores están de vacaciones, y los edificios del Senado y de la Cámara de Diputados están prácticamente cerrados. 

Para peor, un legislador vinculado a Barrionuevo –Rubén Eslaiman– habría formado parte de la comisión y facilitado la aprobación de la autorización. 

Detrás de todo este llamativo movimiento de impulso de la actividad del juego se encuentra la gran sospecha de la creación de cajas negras de donde salen los recursos para sostener candidaturas e impulsar proyectos políticos. De hecho, tanto la estatización de las apuestas on-line como la creación de nuevos casinos tendrían un beneficiario directo, que no casualmente es un empresario ligado al kirchnerismo: Cristóbal López.

Argentina: meca del juego, meca del saqueo

El complejo hotelero donde pelearon hace algunos días, en Las Vegas, el Chino Maidana y el multicampeón Floyd Mayweather, es el MGM Grand, que tiene el casino más grande de esa ciudad norteamericana. El MGM cuenta 3.000 máquinas tragamonedas. El Hipódromo de Palermo, que regentea el zar kirchnerista del juego, Cristóbal López, tiene 4.500 máquinas. Y se calcula que, en la provincia de Buenos Aires, hay más de 21.000 maquinitas, pese a que el Instituto Loterías y Casinos de la Provincia no brinda información oficial acerca del crecimiento del parque de tragamonedas. 

Tal como lo viene informando Hoy, si hay una empresa que le ha sabido sacar provecho a su relación con el poder político en la Provincia fue la española Codere. Se trata de la principal operadora del juego en territorio bonaerense, gestionando nada más y nada menos que 14 salas de bingo.

En los últimos años, la compañía, al igual que otras empresas del juego, fue beneficiada con renovaciones de licencias por hasta 15 años, a cambio del pago de irrisorios cánones, que se abonan en 60 cuotas sin interés.

Estas ventajas son las que le permitieron a la firma española financiar su expansión en otros países. Pero una serie operaciones financieras oscuras en Europa la pusieron al borde de una crisis terminal, al punto que se encuentra en preconcurso de acreedores, con el riesgo de que distintos fondos buitres se queden con sus activos, entre los que se encuentran los bingos bonaerenses.

Lejos de saber sacarle provecho a esta circunstancia, para avanzar en una estatización y hacer que los miles de millones de pesos que genera el juego se queden en la Provincia, Scioli prefirió salir al rescate de la empresa española y garantizarle la continuidad de la explotación de las salas de juego.

Solamente en la provincia de Buenos Aires, hay el doble de tragamonedas que Polonia –que tiene 38 millones de habitantes– que tiene diez mil. En territorio bonaerense, las “maquinitas” se concentran en el Conurbano y en la Costa.

Se calcula que, a nivel nacional, se mueven alrededor de 105.000 millones de pesos por año en concepto de la ganancia bruta del juego, cuyos mayores ingresos provienen precisamente de las máquinas tragamonedas donde la devolución de premios está seteada en un software a través de un algoritmo. En otras palabras, las máquinas no tienen nada de azar, están programadas para hacer perder. Se trata de una actividad que extrae recursos a la población, que destruye economías regionales y familias enteras. 

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