Rusia y China: el objetivo para llegar a fin de año

La débil situación económica que atraviesa el país, con cuentas por demás en rojo y con unas reservas internacionales en el Banco Central que dejaron de ser lo que fue al comienzo de la gestión de Cristina Kirchner, ha llevado al gobierno nacional a plegarse cada día más a los acuerdos que fueron promulgando con el correr de los meses con países como Rusia y China.

Poco le importó al oficialismo que esos países sean recriminados públicamente por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos a nivel internacional por sus avasallamientos a los derechos individuales o que hayan producido masacres a pueblos enteros como han llevado adelante los rusos en Chechenia o Ucrania.

La desesperación por llegar tranquilos a fines del 2015 y poder entregar el poder sin grandes riesgos económicos, los ha llevado a firmar con “Dios y con el diablo”, de allí los contratos para inversiones rusas y chinas que selló la presidenta en sus viajes a Rusia y China de este año, que no han hecho más que entregar la poca soberanía que le quedaba al país.

Pero la oscuridad que han rodeado a estos acuerdos es muy grande, ya que dichos contratos se han realizado en forma secreta y sin posibilidad de acceso a conocer que es lo que dice la palabra chica de los mismos, no hace más que sembrar de turbiedad un tema que debería ser muy claro para los intereses nacionales.

En las últimas horas, se pudo conocer que las máximas autoridades nacionales están intentando que las tan mentadas inversiones rusas en el país, que según algunas fuentes del gobierno llegarían a más de 10.000 millones de dólares, puedan empezar a darse antes del fin de la gestión de Cristina Kirchner, de allí que el propio Julio De Vido viaje a Moscú en las próximas semanas para terminar de sellar parte de esos acuerdos que prevén inversiones en diversas ramas de la economía nacional.

Lo mismo se vive con respecto a China, donde el gobierno pretenderá ampliar la base de los Swap en otros 1.800 millones de dólares, con el fin central de fortalecer las alicaídas reservas del Banco Central (BCRA). Vale recordar que  el acuerdo de Swap con China no son divisas de libre convertibilidad que se pueden expresar en dólares, ya que para lo único que pueden ser utilizadas es para el comercio con China, por lo tanto no representan más que un aumento ficticio de las reservas. Hasta el momento se han utilizado 7.200 millones de dólares de estos swap, con lo que en caso de lograrse estos nuevos 1.800 millones, se llegarían a 9.000 millones, casi el 30 por ciento de las reservas existentes en el BCRA.

De esta manera, el gobierno pone sobre la mesa la debilidad en la que se encuentra sumergida la economía nacional hoy día, que más allá de que el relato K hable de una fortaleza ficticia, la realidad indica que la misma camina sobre una cuerda muy fina y con grandes posibilidades de que explote en el futuro cercano.

 

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