Scioli en la encrucijada: el impacto de la crisis y el esbozo de elecciones anticipadas

En medio de la conmoción por la muerte del fiscal Alberto Nisman, el gobernador Daniel Scioli intentó, infructuosamente, irse por la tangente y no tuvo mejor idea que participar en la presentación de la Fiesta de la Vendimia,  donde aprovechó para mostrarse con el gobernador mendocino “Paco” Pérez.

Lejos de hablar del tema que más preocupa a los argentinos, Scioli prefirió referirse a un tema mucho más mundano: "Como peronistas hoy es un día muy especial porque se cumplen 70 años de la sanción del Derecho a las Vacaciones pagas", afirmó el gobernador, mostrando un discurso que parece haber sido escrito por un ser que vive en otra galaxia.

Semejante zafarrancho sólo puede ser producto de la crisis política e institucional que ha puesto al kirchnerismo, espacio político que sigue cobijando a Scioli, entre la espada y la pared. Incluso, varios sciolistas, por lo bajo, hoy se lamentaban que a su jefe no le hubiese agarrado un dolor de muelas o algún tipo de molestia estomacal que le permitiera no haber quedado expuesto junto con los aplaudidores K, dinosaurios y señores feudales de provincias del interior que ayer asistieron al cónclave del Partido Justicialista que tuvo el único objetivo de hacer un nuevo gesto de obsecuencia hacia CFK.

“Teníamos la oportunidad de marcar una diferencia importante. No quedar tan pegados a las teorías conspirativas de la Casa Rosada y no lo pudimos hacer”, se lamentaban algunos funcionarios bonaerenses, visiblemente preocupados por su futuro político.

Tal como lo reflejó el diario Hoy, en su edición impresa, a Scioli se lo vio incómodo en la reunión partidaria de ayer. Y no era para menos: la muerte de Nisman puso en jaque a su proyecto presidencial y podría significar que en diciembre de este año lleve a acogerse a los beneficios de una jubilación anticipada de la política. En rigor, en una situación similar se encuentran varios de los que asistieron al encuentro del PJ, como así también distintos gobernadores, intendentes y legisladores. De que ahí, desde el seno del oficialismo, algunos plantean que debería apelarse a una salida a lo Duhalde. ¿En qué consiste? Adelantar las elecciones como forma de cambiar el eje de discusión y evitar que la crisis continúe esmerilando a las distintas administraciones gubernamentales.

En este análisis, no sólo intervienen cuestiones políticas. Hay también un factor económico que puede resultar determinante a la hora de inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato en la contienda presidencial.

Ocurre que, necesariamente, para que la Argentina pueda salir de la recesión y frenar la ola inflacionaria que está carcomiendo el poder adquisitivo de importantes sectores de la población, se requieren inversiones internas y externas. Es decir, tienen que aparecer capitales que permitan salir de estancamiento.

Ahora bien, ¿quién en su sano juicio estará dispuestos a arriesgar su capital en un país cuyo gobierno está en la debacle absoluta?, ¿qué tipo de inversionistas del exterior puede posar sus ojos en la Argentina, cuya administración está siendo seriamente cuestionada en los principales centros de poder por el caso de Nisman?. Sólo basta con ver las notas y las editoriales de los principales medios del mundo que, además de informar sobre el caso Nisman, piden que intervenga un tribunal internacional y que la gestión K sea severamente sancionada.