Scioli: no aclares que oscurece



En una insólita respuesta en una entrevista a un medio nacional, el gobernador de la Provincia Daniel Scioli, se ufanó de su conducta de acompañamiento sin dobleces a la política del gobierno nacional.

En el caso de que se tratase de una "década ganada" como dice este gobierno, esas afirmaciones serían loables, pero como hemos reiterados en infinidad de veces en las páginas de nuestro diario, los gobiernos kirchneristas constituyeron una matriz caracterizada por la corrupción, el saqueo económico y las promesas incumplidas, y para un dirigente político no hay nada que signifique más importante que remediar injusticias causadas por la corrupción o pagar por la entrega del patrimonio nacional.

En la década que Scioli acompañó a Néstor y Cristina quedará señalada entre otras cosas por la "recuperación" de YPF marcada por años de saqueo, demagogia y negocios oscuros; o la estatización de Aerolíneas, que en la actualidad, pierde 3 millones de dólares por día y se encuentra en la mira de la justicia por casos de corrupción y el pago de exorbitantes sueldos a funcionarios de La Cámpora, y que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos.

Pero fundamentalmente la “llamada década ganada” dejó como resultado la pulverización del empleo genuino. Y el Estado en todos sus niveles pasó a ser casi el único sector generador de puestos de trabajo que, obviamente, se distribuirse con criterios clientelares provocando que más de una generación no aprendieron y difícilmente aprenderán el trabajo con la dignidad que eso significa.

Cuando Scioli afirma "Cómo no van a tener tranquilidad y confianza en mí" no se trata de un mérito. De la mano de Néstor y Cristina creció exponencialmente el narcotráfico y en donde hay 10 millones de argentinos pobres, osea uno de cada cuatro de nuestros compatriotas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza.

Así, con estas afirmaciones de Scioli, el interrogante es el siguiente: ¿Hasta qué punto sirve seguir reivindicando a un gobierno que viene en picada por el peso de su propia corrupción? ¿Es posible así plantear una continuidad con cambios?