“Todos unidos encubriremos”

Ayer se reunió la cúpula del PJ para respaldar a Cristina Kirchner. La visible incomodidad de Scioli y el penoso papel de un partido convertido en un sello de goma por justificar lo injustificable

Si el general Juan Domingo Perón se levantara de su tumba y viera en lo que han convertido a su partido político, seguramente no tardaría en hacer tronar el escarmiento. No es para menos si se tiene en cuenta, por ejemplo, lo ocurrido ayer cuando el Partido Justicialista convocó a una reunión "extraordinaria" para pronunciarse sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. En rigor, el encuentro sólo sirvió para difundir un nuevo gesto de obsecuencia al gobierno de Cristina Kirchner.

Algunos de los que asistieron al cónclave no estaban para nada cómodos. El rictus en el rostro del gobernador Daniel Scioli, que lució desaliñado (estaba llamativamente despeinado), lo decía todo. Su preocupación tiene motivos reales: al ser el principal candidato que hoy por hoy tiene el oficialismo para las próximas elecciones, el impacto que causó la muerte de Nisman dañó sensiblemente su proyecto político de llegar al sillón de Rivadavia.

En el encuentro de ayer, participaron ministros y otros funcionarios del Gobierno. El apoderado del PJ, Jorge Landau, el arquitecto legal del que se ha servido el kirchnerismo para impulsar todas sus trapisondas electorales (colectoras, candidaturas testimoniales, convocatorias a comicios para el parlamento del Mercosur para conseguir fueros, etc.), leyó un duro documento con críticas a los medios y al Poder Judicial.

El escrito difundido por el kirchnerismo acusó a "medios opositores de querer enlodar a la Presidente y desestabilizar al Gobierno", y a "jueces y fiscales de hacer golpismo judicial". Ante la atenta mirada de la plana mayor del oficialismo, Landau también sostuvo en otro tramo que "nada es casualidad" y que el supuesto ataque contra la jefa de Estado es por "su alta aceptación popular y por su compromiso como adalid de la lucha por la igualdad".

La declaración es un claro testimonio que sólo puede ser realizado por aquellos que tienen cara de cemento. Y muestra un grado de ignorancia pocas veces visto: ¿sabrán los actuales dirigentes del Partido Justicialista que Perón llegó al poder con todos los medios en contra y se tuvo que ir cuando tenía todos los medios a favor?, ¿no se dan cuenta que, actualmente, la mayoría de los medios están cooptados por el Estado y reproducen las falacias del relatos oficial por la millonaria pauta publicitaria que se reparte discrecionalmente desde la Casa Rosada?

Asimismo, cabe preguntarse qué hubiese pasado si ante la muerte de Nisman, los medios de comunicación independientes no hubiesen puesto la lupa sobre lo ocurrido. Seguramente, ya estaría decretada la impunidad.

Además de Scioli, en el encuentro se llevó a cabo en la calle Matheu al 100 de Capital Federal, estuvo el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini; el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el gobernador feudal de Formosa, Gildo Insfrán y pares Juan Manuel Urtubey (Salta), Eduardo Fellner (Jujuy) y Sergio Urribarri (Entre Ríos); el ministro de Defensa, Agustín Rossi; el senador Juan Manuel Abal Medina; el líder de la CGT K, Antonio Caló; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el titular de la Anses, Diego Bossio; el legislador porteño Dante Gullo; el diputado nacional Carlos Kunkel; y los legisladores camporistas Wado de Pedro y José Ottavis.

Es decir, en la reunión de ayer, estuvieron varios de los responsables que llevaron a que en la Argentina haya más de 10 millones de pobres e indigentes, en un territorio que tiene recursos naturales para poder alimentar a más de 400 millones de personas.