Marcha por un único pedido: justicia

Los familiares y allegados de Néstor Soria, asesinado de un piedrazo en la cabeza en El Palihüe, se manifestarán a partir de las 10 en la Plaza San Martín. Desde allí marcharán rumbo a la fiscalía

Exigen justicia, algo básico y lógico, necesario, para la tragedia que atravesaron y continúan atravesando. Pretenden que alguien pague por el brutal crimen en perjuicio de Néstor Soria, el joven de 34 años asesinado de un piedrazo en la cabeza mientras viajaba arriba de un colectivo de línea por El Palihüe. Porque hoy, a diez días del ataque y a seis del fallecimiento, hay personas identificadas, pero ninguna aprehendida por el hecho; ¿el motivo? Debido a su edad, son todos inimputables menos uno de ellos, que tiene 16 pero, por falta de evidencias contundentes, se encuentra en libertad.

Para evitar que la causa continúe impune, los familiares, allegados y amigos del empleado que dejó de respirar el pasado sábado en el policlínico San Martín donde agonizó, se reunirán a partir de las 10 en Plaza San Martín, desde donde marcharán en una triste procesión hasta los edificios de las fiscalías platenses de 8 y 56.

La hermana de la víctima fatal confirmó que “nos juntamos a las 10 para exigir que haga justicia y que esto no quede así, porque no sólo es una injusticia para nosotros, por todo lo que pasamos, sino también para Néstor”.

Sobre los sospechosos que tiene la investigación (chicos de 11, 13, 15 y 16 años, dos de ellos hermanos), argumentó que “dicen que son menores pero, si lo son, que paguen los padres porque alguien tiene que hacerlo. Primero dijeron que eran mayores de edad y después que no”.

Por último, invitó a la manifestación a “los familiares, a los amigos de Néstor y a todo aquel que se quiera sumar para hacer justicia en esta situación que estamos pasando”.

 Cambio de fiscalía

 Como informó este diario en su edición del lunes, la causa (caratulada “homicidio”) comenzó a ser investigada por el fiscal Fernando Cartasegna, titular de la UFI penal en turno número 4. Pero, debido al giro que dio la pesquisa y a la identificación de los presuntos sospechosos, todos menores, el doctor declinó su intervención y la pesquisa es llevada a cabo ahora por Silvina Pérez, del Fuero de Responsabilidad Juvenil, por lo que es ella quien deberá definir la situación procesal de los imputados. 

Si bien se sospecha de aquellos cuatro, los investigadores no descartan la posibilidad de que pudiera haber, al menos, un quinto involucrado, aunque hasta el momento no hay precisiones sobre ello. Lo que sí está esclarecido es que los sindicados autores son del barrio donde se produjo la desgracia (en 609 entre 115 y 116) y, pese a las sospechas, no hay material contundente en su contra. De hecho, se los logró ubicar gracias a los aportes de los vecinos, quienes refirieron que “últimamente, esta banda suele hacer siempre lo mismo: tirarle piedras a los colectivos que pasan. No fue algo nuevo”.  

De quedar acreditada la participación, sólo el que tiene 16 podrá ser imputado por el homicidio; el resto, por su edad, no puede ser llevado a un proceso penal.

El destino marcado

Néstor Soria tuvo una muerte absurda: salió de su puesto en un kiosco de Plaza Moreno el pasado martes 5 a las 23.45 y se tomó el interno 15 de la línea Este, aunque no para ir a su casa de Parque Sicardi junto a su mujer y su hijo de cuatro años, sino a la de su hermana, en El Palihue, donde lo esperaba una cena. Como su colectivo no pasaba, se subió a otro de la misma empresa, pero con diferente recorrido. Estaba escribiéndose con su señora a través de Whats App cuando, al llegar a 609, 115 y 116, una piedra “del tamaño de un adoquín” rompió la ventanilla en la que iba e impactó en el lateral derecho de su cabeza, fracturándole el cráneo y desmayándolo. Entró en convulsiones y el chofer de la unidad (en la que sólo iban ellos dos) condujo hasta el destacamento Aeropuerto pero, ante la gravedad del asunto, los oficiales le pidieron que lo trasladara al San Martín. Allí lo operaron durante cinco horas, pero los coágulos cerebrales y los daños en ese sector ya eran irreparables. Falleció a las 10 del sábado.