Más que tormenta, tormentón: el dólar pasó la barrera de los $32 y en La Plata rozó los $33

El Banco Central no logra contener el apetito de los inversores por cubrirse en la divisa estadounidense, que cerró 32,07 pesos

Otra vez, el dólar rompió su récord sin encontrar techo: ayer subió 53 centavos más que en la víspera, a $32,10 (aunque en La Plata rozó los $33). De este modo, la devaluación del peso se acerca al 70%, con su consecuente impacto en la inflación que se refleja en las góndolas y licuando cada vez más el poder adquisitivo. 

La crisis en la debilitada economía argentina se traduce, a su vez, en una crisis de confianza de los mercados hacia el Gobierno, algo que se potencia con el acelerado aumento en el riesgo país.

Por eso, el freno al dólar no llega ni con el acuerdo con el FMI, ni con las elevadas y recesivas tasas de interés en pesos, ni con la intervención del Banco Central, que ayer debió sacrificar otros US$200 millones de sus reservas.

Y también porque está la decisión de que la devaluación, que castiga al ciudadano de a pie, favorezca a grandes empresas. Según sostiene el economista Orlando Ferreres, las mediciones de la multinacional Techint, de aceitados vínculos con el Gobierno (Ver aparte), ubican el punto de equilibrio del tipo de cambio en torno a los $37. Si tenemos en cuenta que en un año la devaluación fue del 85%, llevar el dólar a ese valor implicaría una depreciación del 96% en apenas 12 meses. 

No son las turbulencias externas (como la devaluación turca, brasileña o la guerra comercial entre Estados Unidos y China), sino los errores y decisiones de un Gobierno a merced de los mercados. Y, sin embargo, en medio de la devaluación, el Presidente volvió a apelar a las metáforas climáticas para explicar el fracaso de sus políticas: “Seguimos enfrentando tormentas, pero no vamos a parar”, dijo desde Vaca Muerta, y se refirió elípticamente a “problemas propios y del mundo”.