Fue un tiempo para cada uno. El Real Madrid se cansó, físicamente murió, y entre su arquero y Ramos, en la línea, le permitieron mantener cuatro puntos de ventaja sobre el Barcelona.
El Real Madrid viajó a Granada, tierra soñada. Su objetivo: ganar y casi asegurarse su Liga número 34 a dos fechas del final. Su rival fue el Granada, décimo y buscando un lugar en la Europa League. A los 10 minutos, rompió Casemiro (centrocampista), aceleró Mendy (lateral izquierdo) y fue golazo del Madrid.
Cinco minutos más tarde, Modric e Isco crearon, y el genial delantero Karim Benzema puso el 2 a 0. Otro golazo del Real.
Desde ahí hasta el final del primer tiempo fue un baile del Madrid al Granada, a pesar de que Courtois sacó una bola a pura reacción.
Pero el Merengue no pudo mantener lo hecho en la primera parte, a tal punto que una pérdida de Casemiro y una contra veloz hizo que el Granada consiga el descuento. Entonado, se agrandó el conjunto local. Zidane puso dos delanteros (Asensio y Rodrygo), mientras que el planteo de Granada pasó del 5-4-1 al 4-2-3-1 y empezó a meter duro.
Fue un tiempo para cada uno. El Real Madrid se cansó, físicamente murió, y entre su arquero y Ramos, en la línea, le permitieron mantener cuatro puntos de ventaja sobre el Barcelona. Sufrió el conjunto dirigido por Zidane, pero si en el Bernabéu vence al Villarreal será campeón.
Reflexión: el parate por el coronavirus impide a cualquier equipo del mundo mantener la intensidad los 90 minutos.