Con el ADN que tanto querían...

Juan Otero entró y el equipo dio vuelta el resultado como en las hazañas de su historia en la Copa. El colombiano podría ser transferido

En el marco de una jornada patria, como fue, hace 208 año, la Revolución de Mayo, ayer Estudiantes dio vuelta el partido con el ADN del club y se tuvo en Juan Ferney Otero el revulsivo necesario, sin estar en el mejor estado físico, para el triunfazo memorable de Estudiantes ante Nacional y alcanzar los octavos de final de la Copa Libertadores. 

El colombiano ingresó para disputar el complemento, en lugar de Iván Gómez. El entrenador, Leandro Benítez, sabía que tenía que poner toda la carne al asador y arriesgó por Ferney, que no llegó a recuperarse plenamente de la distensión grado 1 del ligamento externo de la rodilla izquierda. 

Desde el comienzo del segundo tiempo, el colombiano se mostró incisivo en ataque. Protagonizó y fue el abanderado de cada uno de los ataques del Pincha. Otero empujó, presionó, marcó, picó, corrió e hizo todo para generar riesgo en ataque. 

La primera alegría de la noche para el moreno llegó cuando Gonzalo Bergessio metió la mano a los  16 minutos del último acto. Otero tomó el balón y clavó un derechazo al palo izquierdo del arquero Esteban Conde. 

La segunda fue a los 34. Mariano Pavone fabricó inteligentemente una infracción en su perjuicio y el colombiano otra vez repirió el mismo envío para marcar otro doblete más con la camiseta albirroja. 

¿Fue su último partido?

Lo cierto es que ayer, tras la alegría de los goles, Juan Otero no avizoró su futuro. No obstante, en la semana, en el Country Club de City Bell, se deslizó con fuerza la posibilidad de que Estudiantes venda al delantero goleador del semestre. 

Aunque no se filtró qué equipo efectuó algún tipo de sondeo u ofrecimiento, los intereses indican que su futuro podría estar en México o Europa. 

Noticias Relacionadas