Por Daniel "Profe" Córdoba
“Cuando uno ve que el pueblo llora por alguien como Maradona, es porque alguna vez lo emocionó”
El exentrenador del Pincha recordó que el 10 estuvo a su lado cuando falleció su hijo Juan, y le deseó una pronta recuperación
Que, es y será muy difícil haber vivido, y seguir viviendo, siendo Diego Armando Maradona. Por motivos propios, ajenos o por los que él buscó y reconoció. Y también por los que les fueron impuestos por la sociedad de consumo, aunque a él poco le importaran.
Diego Armando Maradona fue un diamante que se autodesgastó y también lo fueron desgastando en su uso. Puedo poner varios ejemplos en donde me ha demostrado su integridad humana. Especialmente destaco cuando murió mi hijo Juan, él estuvo junto a mí sin ningún tipo de obligación. Otros que tuvieron que estar a mi lado no estuvieron, pero él sí.
Cuando uno ve que el pueblo en general llora por alguien masivamente es por un solo motivo: porque una persona, en algún momento nos emocionó. Lloran por un ídolo que en algún momento nos hizo llorar de alegría o de tristeza. Con Diego pasa esto.
Decían que Luis Sarandí era un actor que te podía hacer reír o llorar con la misma facilidad. Si trasladamos lo mismo a la vida de Diego vamos a ver que en su vida, él también nos hizo emocionar de risa o de tristeza.
Estamos hablando, además, de un ser humano que tiene un ángel especial. De esos que, por ejemplo, estando en un aeropuerto con otros ídolos o deportistas famosos, logra que todo el mundo se vaya atrás de él. De nuestro querido 10.
Hoy, a la ciudad de La Plata todo esto lo toca, especialmente, porque es la imagen de Gimnasia y Esgrima La Plata. Ahora, ¿cuántas veces, adentro y afuera de la cancha, Diego Maradona ha superado lo insuperable? Ha logrado lo que para él parecía imposible. ¿Cuántas veces en su vida profesional como jugador logró resurgir de sus cenizas?
Si a cualquier mortal “normal” le pasa un 25 por ciento de las cosas que le han pasado a Diego en la vida, por culpa propia o de terceros, no sé cuánto lo hubieran podido aguantar.
No sé qué pasará con él a partir de ahora, pero es lo de menos. Yo quiero que salga de su operación y le vuelva a hacer el gol a los ingleses. Pero ya no por la Argentina y las Malvinas, sino más bien por él.
Lo que quiero decir es que, seguramente, de la gente que Maradona ha hecho tan feliz, nadie podría desearle otra cosa que no sea felicidad y que esté de la mejor manera posible. De lo contrario, estaríamos confundiendo valores y estaríamos pidiendo que un hombre, que vivió jaqueado, haya sido perfecto, y nos estaríamos olvidando de algo muy importante: las veces que Diego nos hizo llorar de emoción, abrazados con un amigo, un hermano, un padre o un hijo. Hay que ser agradecido con él.