Resulta entendible el recambio que propone el técnico de Estudiantes para enfrentar esta noche a Vélez, porque seguir en la Copa le da dinero. Pero en el torneo local, Leandro Díaz no puede faltar nunca.
Por Daniel “Profe” Córdoba
Convierta o no convierta, Leandro Díaz siempre tiene que estar. Esta noche parece que será uno de los pocos sobrevivientes del equipo titular, ya que el técnico va a cuidar a la formación pensando en el partido contra el Everton de Chile por la Libertadores entre semana. Y la verdad es que, poniéndome en la piel de Zielinski, hay que estar ahí para tomar semejante decisión: cambiar tanto cuando el equipo arriesgue la punta esta noche, jugando de visitante, ante un rival difícil como Vélez.
En los juegos en que no participa Leandro Díaz, Estudiantes se queda sin el futbolista al que tirarle el pelotazo frontal. Cuando pensamos qué jugador es clave en Estudiantes, no hay que pensar mucho: el Loco Díaz.
En su momento, yo lo formé a Palermo con Bossio, entrenando en el Country y mejorando el salto.
Contra el Audax pasó que a Boselli y a Zapiola después los asistieron muy bien.
Ahora el Loco superó una pubalgia. Se puso a punto. Transmite locura, guapeza y empuje. Está siempre al borde de caer en algo realmente grotesco. Asiste con clase. Está hoy definiendo muy bien. Pivotea de forma útil. Trata de presionar la salida rival.
Ojalá pueda mantener su energía contagiosamente positiva durante mucho tiempo.
En mi equipo lo quiero siempre. Me identifico con su brutalidad, que igual, de a ratos, suelta algunos toques sutiles.
Ahora bien, mucha atención señor Díaz: los locos pasionales como usted y yo siempre estamos al borde del exceso. Ojo con revolear codos, cabeza o pelota, lo mismo cuando declara.
Hay una realidad coincidente con algunos grandes atletas del mundo: se sabe de antemano que, para que rinda, debe exigirse y llegar siempre al borde, pero no pasarse del borde.
Entiendo lo que plantea Zielinski para esta noche, porque si bien la decisión parece un poco apresurada, hay que estar ahí.
Tal vez le hayan pedido que guarde lo mejor para el partido del miércoles, porque nadie puede negar que en el futuro, si Estudiantes clasifica, puede generar grandes ingresos económicos en pocos meses por jugar la fase de grupos de la Libertadores.
Si la prueba de esta noche no sale bien, muchos dirán que regaló la punta de la zona 2 de la Copa local, apostando todo al miércoles. Pero no entiendo quién puso ni organizó la programación. Ni siquiera se van a cumplir las 72 horas completas de descanso entre un partido y otro para los jugadores. Así se puede entender una parte de la decisión técnica.