Vóley femenino: Estudiantes va por otra victoria
Hoy, desde las 18.30, juega con Matanza previo al duelo de Gimnasia con San Lorenzo.
Será por la definición del primer gol de Tigre, en donde uno de los defensores se resbaló debido a la rapidez y la falta de estabilidad que mostró el sistema de césped híbrido para algunos jugadores, que en ambos equipos les costó hacer pie en Uno
01/02/2023 - 00:00hs
El partido contra Tigre quedó atrás en el tiempo. El equipo “trastabilló” en el debut del campeonato y los ecos de la derrota retumbaron en los almuerzos familiares del domingo entre los hinchas y los dirigentes.
Más allá de los debates y opiniones sobre las decisiones de Abel Balbo, nuevamente una reflexión común volvió a ganar protagonismo en los comentarios de algunos responsables de mantener el campo de juego del estadio Uno y algunas importantes autoridades del club.
Tal cual venía ocurriendo después de la pandemia, cuando el equipo volvió a jugar algunos partidos con Javier Mascherano como marcador central, el campo de juego de la nueva cancha estuvo patinoso, lo que dificultó la tenencia de la pelota, el traslado de la misma y facilitó los errores como la caída del defensor Santiago Núñez en el primer gol de Tigre.
En su momento, además, el estado del campo de la nueva cancha potenció la decisión de algunos jugadores como Gastón Fernández de adelantar el retiro de la actividad profesional, ya que además de los inconvenientes que provocó el parate por al pandemia durante gran parte del 2020, las condiciones de la cancha son más fáciles de asimilar para jugadores jóvenes con mayor recorrido y desgaste, que para jugadores veteranos que están en otra etapa de su carrera profesional, como ocurre ahora también con José Sosa.
Cabe recordar que en el contexto de la construcción de la nueva cancha, la Comisión Directiva del Pincha decidió comprar el llamativo sistema de campo de juego híbrido que contempla una parte de césped natural y otra de césped artificial, todo mezclado en una capa en la que se juegan los partidos.
Este mismo sistema fue copiado luego por otras instituciones como River, pero por lo menos en La Plata no terminó de dar los resultados esperados.
Por un lado, el césped natural nunca terminó de crecer como se esperaba, lo cual provocó que el mantenimiento de la parte del césped sintético entremezclado tenga mucha arena que hace que los jugadores se terminen resbalando.
Los botines de los jugadores nunca deben tener tapones altos y en algunos casos se evaluó que es más conveniente jugar con calzado de fútbol 5 o de carpeta sintética, más que con botines comunes.
Muchos futbolistas que no están acostumbrados a jugar en este tipo de superficie que tiene el estadio Uno y ahora también el Monumental de River, entre otros, se terminan cayendo o les cuesta hacer equilibrio, lo cual se potencia cuando están corriendo en velocidad o intentan frenar para hacer un enganche o sacarse a un jugador de encima.
A favor, en tanto, juega el hecho de que no se han registrado lesiones de rodillas en los futbolistas, ya que hasta el momento a ninguno se le terminó trabando o encajando el botín en el suelo como alguna vez ocurrió en una cancha de césped natural alto o sin un mantenimiento acorde.