El fin de una era y el nacimiento de una leyenda: Tom Brady se retiró de la NFL

El mariscal de campo anunció que deja la actividad profesional a sus 44 años, tras media vida en la élite del fútbol americano y como único deportista que ha ganado el Súper Bowl en siete ocasiones. La historia del hombre que venció al paso del tiempo.

"¿Alguien más puede derrotar al tiempo?” fue la frase que rondaba en todos los medios de comunicación de los Estados Unidos tras el Súper Bowl de 2021. Tom Brady lo había conseguido otra vez, en esa ocasión ante Kansas City Chiefs. A sus 44 años y tras dos décadas de éxitos en la NFL, el mítico mariscal y considerado por los especialistas como el mejor jugador de todos los tiempos del fútbol americano, comunicó su retiro del deporte a través de las redes sociales.

“Siempre he creído que el deporte del fútbol americano es una propuesta de todo incluido: si no hay un compromiso competitivo del 100%, no tendrás éxito, y el éxito es lo que tanto me gusta de nuestro juego. Hay un reto físico, mental y emocional cada día que me ha permitido maximizar mi máximo potencial. Y me he esforzado al máximo durante estos 22 años. No hay atajos para el éxito en el campo o en la vida. Es difícil para mí escribir esto, pero ahí va: no voy a asumir más ese compromiso competitivo”, explicó Brady en un emotivo comunicado subido a sus redes sociales.

“TB12” jugó diez veces el Súper Bowl. Lo ganó en siete ocasiones, seis de ellas con el dorsal 12 de los Patriots de Nueva Inglaterra (otra con Tampa Bay) y bajo el mando del entrenador Bill Belichick, quien ­desempeñó una influencia paternal en el campo de juego. Su trayectoria no admite discusión alguna en cuanto a las estadísticas: líder en pases de anotación, primer lugar en yardas lanzadas y una impresionante marca de 243 triunfos en 318 partidos. 35 de estas victorias fueron logradas en los playoffs. Su récord de cinco premios al jugador más valioso en Súper Bowl y sus siete títulos ponen una marca que los jugadores perseguirán durante años.

De “muy delgado” a ser el mejor de todos

Corría el año 2000 cuando Robert Kraft, el magnate que en 1994 había invertido 175 millones de dólares para adueñarse de unos desahuciados New England Patriots, salió de su oficina y se cruzó con un joven que llevaba una caja de pizza bajo el brazo.

Kraft ya conocía al joven: sabía que se había formado en la Universidad de Michigan y que había sido ­postergado hasta la sexta ronda del draft porque nadie confiaba en su ­desarrollo. Los informes de los ­ojeadores habían sido lapidarios: decían que Brady era muy delgado, que carecía de estatura y fuerza. Kraft sabía todo eso, pero no sabía quién iba a ser Brady, aunque en aquel ­primer encuentro el mariscal de campo elegido después de 198 ­jugadores se lo advirtió. Y vaya que tendría razón.

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