El análisis del empate entre Gimnasia e Independiente.
En la previa, Gimnasia tenía un partido durísimo en Avellaneda. El equipo de Gorosito tenía más para entender el juego con Cecchini, Alemán y Coronel, y luego dejar al Pulga Rodríguez, sin estocadas de gol.
Independiente se mostró con un poco menos de talento, pero con mejor juego asociado y un goleador envidiable para cualquier equipo del fútbol argentino.
Carbonero y Velasco buscaban siempre desbordar. Y lo dicho: Cecchini se la pasó a Insaurralde y este a Alemán para que se la ceda a Carbonero y la pelota termine en gol. Justo a los 45 minutos del primer tiempo. Pero hasta ese momento, Gimnasia se debía ir al descanso preocupado. Tanto que ni siquiera llegó a disfrutar de la victoria parcial, cuando Romero decretó el empate tras un pase de Bustos.
Dirían los más pasionales que es ser muy verde hacer un gol a los 45 y que te empaten a los 48 del mismo tiempo.
En la segunda etapa el partido fue muy parejo. Los dos jugaron y crearon situaciones, pero en el Lobo ya no con tanto peligro como algunas del primer tiempo. Había que meter y correr más, Gimnasia.
Después de todo, el Rojo de Falcioni, en el segundo tiempo, no pudo hacer dos pases seguidos.
El empate le sentó bien al partido, pero si Gimnasia se proponía, podría haberse llevado algo más, aunque en el primer tiempo mostró que por momentos es un equipo vulnerable.