Se trata de Zelmar Casco, quien representó al deporte de la ciudad en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y se formó en el Jockey Club. Ayer murió a los 94 años en la clínica Ipensa.
Un duro golpe sacudió al ambiente del deporte de la ciudad de La Plata durante la tarde de ayer, cuando se confirmó el fallecimiento del esgrimista olímpico platense Zelmar Roberto Casco.
Dueño de una técnica notable, Casco representó al país en los Juegos Olímpicos de 1964 en Tokio, Japón, luego de haberse formado y ganado varios trofeos por su desempeño como esgrimista en el Jockey Club de la ciudad.
En aquella oportunidad formó parte del equipo de esgrima, siendo su especialidad Espada Individual y Espada por Equipo Masculino.
Nunca se especializó en la modalidad Florete dentro del mismo deporte, y fue uno de los máximos exponentes de modalidad Espada dentro de la esgrima nacional durante la década de 1960.
Ayer, a los 94 años y a causa de su vejez, falleció en la clínica Ipensa de calles 4 y 59, donde estaba internado en una sala de cuidados intensivos y aislado. Desde el entorno familiar se encargaron de confirmar que su deceso obedeció a dolencias típicas de la vejez.
Zelmar Casco fue sobrino de Horacio Casco, un expresidente de Gimnasia y Esgrima La Plata, quien también resultó ser esgrimista olímpico, representando al deporte platense y al país en los Juegos Olímpicos de París en 1924.
Durante la tarde de ayer, historiadores y referentes de la cultura y el deporte indagaron sobre los antecedentes de Zelmar, quien dejó un grato recuerdo entre los amantes de la esgrima, un deporte muy ligado a Gimnasia, pero que también supo desarrollarse en el Jockey Club, como fue en el caso de este deportista internacional.
Con su presencia en los Juegos, marcó a fuego al deporte de la ciudad, llevando el nombre de La Plata nada menos que a Tokio. Quedó en los registros como uno de los atletas que logró formar parte de un selecto grupo que aportó La Plata para el deporte nacional.