Diario Hoy acompañó toda la carrera de Pachorra como director técnico en dos pretemporadas completas, en los veranos de 2010 y 2011 en Cariló y en el Mundial de Brasil. De allí que nació una relación de respeto, cariño y complicidad.
Corría el mes de marzo del año 2009. Estudiantes había perdido contra Deportivo Quito en la fase de grupos de la misma Copa Libertadores que luego terminaría ganando. La dirigencia llegó a La Plata, echó a Leonardo Astrada y comenzó a buscar un entrenador. Al principio eran pocos en los que confiaban.
Juan Ramón Verón y otros exjugadores del club sugirieron el nombre de Alejandro Sabella, quien por entonces estaba dedicado a su proyecto personal, siempre erradicado en el barrio de Tolosa. Rubén Filipas y Marcelo Malaspina (presidente y vice de Estudiantes por aquel entonces) tuvieron una primera reunión y quedaron en contestar.
La respuesta tardó tres días, en los que los dirigentes escucharon otras opciones, y Pachorra nunca perdió la paciencia. Toda la secuencia se escribió a 300 metros de la redacción de diario Hoy, en donde a partir de entonces también se contarían los capítulos más exitosos de la historia contemporánea de Estudiantes.
El primer entrenamiento fue el último sábado soleado del verano del 2009 en el Country de City Bell, y la presentación en la confitería del Golf. Allí, Sabella llegó preparado con una carta en la mano y se enfrentó a algunas preguntas, que algunos casos apuntaban a su por entonces falta de experiencia porque nunca había dirigido. Jamás se le movió un pelo y contestó con mucha altura.
La relación con este multimedio fue creciendo con el paso de los meses, cuando un periodista fue reconocido con un regalo espacial el 7 de noviembre de aquel año en la celebración del día del periodista deportivo.
Se afianzó en la primera pretemporada de verano en Cariló, en enero del 2010. Allí, había un diario de La Plata siguiendo los movimientos del equipo todos los días a orillas del mar, más otros dos colegas de radios.
En ese lugar, lejos del acecho de los hinchas, se gestaron interminables charlas personales, temas de la vida y lecciones de vida y enseñanza. También hubo tres notas exclusivas enviadas por email, ya que todavía no había llegado el WhatsApp.
En aquel 2010 hubo anécdotas como las del “elástico” para “estirar” en el medio de una conferencia de prensa, y algún reproche también por la salida de Leandro González en el partido contra Rosario Central en la definición del torneo Clausura 2010.
La escena se repitió al año siguiente. Mismo mes y mismo hotel: el Marcín de Cariló. Sabella esperó siempre la llegada de Ernesto Farías como refuerzo. Pero nunca vino.
El Clásico se volvió a encontrar con Sabella en la Selección, donde el entrenador esperaba con una cómplice mirada la primera pregunta en las conferencias de prensa del Mundial 2014 por considerarla una costumbre (no le gustaba decir la palabra cábala).
Siempre, hasta el día previo a la final, tuvo presente a los medios que acompañaron su campaña como técnico, corta en tiempo pero exitosa en número, y hasta el año pasado posó en el palco de la Red 92 en una de sus últimas apariciones en el estadio de Uno.