Maxi Meza y Javier Mendoza, seguidos por el Torino de Italia
22/04/2014 - 07:35hs
Los hinchas del Lobo, que coparon el estadio del Bosque, vivieron el triunfo ante All Boys con intensidad y a puro nerviosismo. Gozaron, sufrieron y, tras el pitazo final de Maglio, comenzaron a pensar que el sueño es posible
Los hinchas de Gimnasia sueñan, se codean unos a otros intentando entender que es lo que está pasando. El mensaje que bajó desde un principio y que quedó impregnado en el inconsciente colectivo de todos los Triperos era: “lleguemos a los 50 puntos, salvémonos del descenso y tranquilos disfrutemos de Messi, Agüero, Di María y lo que ocurra con la selección Argentina en la Copa del Mundo de Brasil”. Sin embargo, el destino le tenía preparada una sorpresiva invitación: luchar por el campeonato.
Lejos de mantenerse distante ante semejante responsabilidad, los simpatizantes de Lobo recogieron el guante y decidieron acompañar, a pesar de haber jugado en un día y horario de plenas ocupaciones laborales, y acompañar masivamente al equipo de Pedro Troglio.
Desde el sábado y una vez que se confirmó que se liberaba la venta de localidades se notó en las boleterías del Bosque la expectativa de los socios en adquirir los bonos para poder ingresar a la cancha. Ayer, desde las 12.30 la fila de hinchas que ansiaban por una popular era de varios metros haciendo presagiar un marco imponente.
Sobre el inicio del partido (muchos ingresaron cuando se jugaban varios minutos), ambas tribunas lucían repletas y con un colorido descomunal con miles de camisetas y banderas azules y blancas.
La pirueta de Lucas Licht, que determinó en el primer tanto del Lobo, fue un verdadero desahogo; la buena definición de Bou llevó un rato de tranquilidad que se vio alterada por el rápido descuento de Calleri. Por eso no resultó extraño que más de uno pensara en los malditos fantasmas de años anteriores y más aun cuando los de Floresta comenzaron a llenar de centros al área, que en su mayoría, fueron bien resueltos por Monetti.
El pitazo final de Carlos Maglio desató la euforia y la algarabía por acceder a la punta del torneo. A solo cuatro fechas del final, el pueblo Tripero sueña, hace cuentas y se ilusiona para que lo añorado por años finalmente se convierta en realidad.