POR DANIEL "PROFE" CÓRDOBA

“Señores, bienvenidos a Vietman”: a 25 años de uno de los clásicos más calientes de la historia

Goles, gases lacrimógenos, detonaciones y una despedida de año impensada para los equipos de la ciudad. El Profesor Córdoba recuerda lo ocurrido en el último partido de 1995, lo cual le hizo seguir como entrenador oficial de Estudiantes de La Plata.

El Clásico

17/12/2020 - 00:00hs

Siempre he respetado al club Gimnasia y Esgrima La Plata. En su colonia de vacaciones me ayudaron a educarme en mis veranos, entre los 8 y los 12 años. Y también allí, años más adelante, encontré mi vocación docente. Por ese entonces, ni imaginaba que un 17 de diciembre de 1995 (¡hace ya 25 años!) iba a ser el entrenador de fútbol del equipo de la Primera división del club Estudiantes de La Plata. El rival de toda la vida.

Ese rival que allá por 1995 no podía superar al Lobo en los clásicos de los últimos años y que recién retornado del descenso parecía encaminado a volver a sufrirlo.

Sorpresivamente aparecimos. Pasamos del 0,40 al 1 de promedio con el 95% de efectividad en puntos. Pero, el año se cerraba con el clásico. Y encima en el Bosque.

Día hipercálido, de incidentes penosos en la previa y de huevazos azules al entrar nosotros al campo.
Entre muchedumbres de uno y otro lado “ardientes de venganza”, al llegar al estadio le dije a nuestros jugadores: “Señores, bienvenidos a Vietnam”.

Sabíamos que tres titulares como Cascini, Verón y Palermo no podían estar presentes por tarjetas.

Además, el atrevimiento de darle por primera vez la número 10 (era numeración corrida) a un central como Almandoz. Creo que el otro fue el Flaco Alayes en Santa Fe.

Así, con una estrategia muy fina, pudimos llevarnos un 3 a 0 histórico.

José Luis Calderón, por dos, y Sergio Catán fueron los goleadores de un equipo que ya había sido diezmado, por motivos económicos del club, antes de fin de ese año.
No me gusta vivir de recuerdos, pero recordar es lindo. Por lo bueno o malo, enseña. Y entre otras cosas, demuestra quiénes en la vida son agradecidos y quiénes no.

(Daniel Córdoba fue el entrenador de aquel equipo que cortó el maleficio en los clásicos contra Gimnasia en la década de 1990).

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