El porteño cayó frente al suizo Leandro Riedi por 3-6, 4-6, 6-4, 6-4 y 6-2.
Francisco Cerúndolo, único argentino que seguía en carrera en el US Open en la modalidad de singles, se despidió en la segunda ronda con una de las derrotas más duras de su carrera. El porteño cayó frente al suizo Leandro Riedi, actual 435° del ranking ATP, en un maratónico partido a cinco sets: 3-6, 4-6, 6-4, 6-4 y 6-2 en tres horas y 33 minutos. El helvético, de apenas 21 años, se convirtió así en uno de los jugadores con menor ranking en alcanzar la tercera ronda del Grand Slam neoyorquino en la última década.
La eliminación fue un golpe inesperado. Cerúndolo había llegado con confianza tras una remontada épica en su debut ante el italiano Matteo Arnaldi, en un partido que parecía perdido cuando estaba dos sets abajo. Con actitud, paciencia y cambios en su plan de juego, el argentino dio vuelta aquel encuentro y lo celebró como un desahogo, consciente de que su presente no venía siendo el mejor.
Riedi, en cambio, vive la mejor semana de su vida profesional. Tras superar dos cirugías de rodilla y más de nueve meses sin competir, volvió al circuito en mayo y de a poco recuperó confianza. Había sumado rodaje en siete torneos y hasta había superado la qualy de Wimbledon, pero nunca había logrado una victoria en el cuadro principal de un Grand Slam. En Nueva York todo cambió: ganó tres partidos seguidos sin ceder sets en la qualy, debutó con triunfo en el main draw ante el español Pedro Martínez y ahora sorprendió a Cerúndolo con un tenis agresivo y sin presión.
El partido mostró dos caras. En el inicio, el 19° del mundo fue sólido, se adelantó con dos sets a su favor y parecía encaminarse hacia una victoria sin sobresaltos. Sin embargo, el desgaste físico y los errores no forzados le abrieron la puerta al suizo, que se afirmó con el correr de los games y se llevó el tercer y cuarto parcial. En la quinta manga, cuando parecía que la experiencia del argentino podía imponerse, Riedi aprovechó cada oportunidad: quebró dos veces, se adueñó del ritmo y firmó la sorpresa más resonante de la jornada en Flushing Meadows.