Mascherano y Rojo, los escoltas del mejor del mundo
26/06/2014 - 07:29hs
Porto Alegre
Enviados especiales
Salvador Robustelli y el arquitecto Díaz viajaron en representación de la dirigencia de Gimnasia a ver el partido en el estadio Beira Río. Lo curioso es que no quisieron sentarse cerca de Carlos Dulau Dumm y Diego Ronderos, quienes fueron los embajadores oficiales del Pincha en el tercer encuentro de Argentina. ¿Tanta pica se tienen?
Sentado cómodamente en el asiento 18 de la fila M del sector 305 del estadio Beira Río, Carlos Dulau Dumm no dejaba de conversar con los integrantes del Tribunal de Disciplina de la AFA, que viajaron con la delegación oficial para observar el tercer partido de la Selección en el Mundial de Brasil.
A su lado estaba Diego Ronderos, ese joven dirigente que atrapó la atención de Verón para sumarlo a su lista en la próxima renovación de autoridades.
La diferencia generacional era palpable y notoria: el ex fiscal federal lucía camisa y pantalón de vestir, mientras que Ronderos (licenciado en Ciencias Políticas), ostentaba jeans y una camiseta de la marca Topper de Estudiantes, cuyo modelo es el que acompañó al equipo en la obtención del torneo Apertura 2006. ¿Se habrá terminado el protocolo de Adidas en el Pincha Store de City Bell?
Lo curioso es que los dos representantes de Estudiantes estaban a 15 ubicaciones de distancia de Salvador Robustelli (vicepresidente 3º del Lobo) y Luis Díaz (vicepresidente 2º).
“No los conozco. No sé ni quienes son”, confesó, sincero, Ronderos en alusión a sus pares del Lobo.
Con un paquete de pochoclos (pipoca, como le dicen en Brasil) en la mano, Robustelli ratificó la tendencia “clásica” y no dudó en sostener que “ellos ahí y nosotros acá”…
Si algo le faltaba a la escena, el arquitecto Díaz se besó el escudo de la camiseta de Gimnasia y dejó en claro que ayer estaban primeros los colores de la Selección.
“Messi es lo más grande como jugador que yo he visto. Esperemos que el equipo tenga una mejor entrega de balón y genere más situaciones de gol”, confesó Dulau Dumm en la ubicación preferencial del estadio. “Uno se siente muy identificado por el sentido de pertenencia que tiene esta Selección con Estudiantes”, ratificó Ronderos.
Los cuatro gritaron los goles de Messi, con la salvedad de que los dirigentes del Lobo recordaron que también lo hicieron en diciembre del 2009, cuando el Barcelona le ganó la final del mundo a Estudiantes.
De una u otra manera, el clásico platense se trasladó a las tribunas del Beira Río, donde la excusa de observar a la Selección nacional reunió a famosos, excampeones y representantes oficiales de los dos clubes de la ciudad.