El delantero de Estudiantes abrió el partido con un golazo y se fue expulsado después de gambetear a tres jugadores de Sarmiento en la parte final del primer tiempo.
En el día del cumpleaños del vicepresidente Sebastián Verón, quien está enfrentado públicamente con la mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia en la AFA, Pablo Tovillino, Estudiantes fue ciertamente perjudicado por algunas decisiones que tomó el árbitro del partido Andrés Merlos, en especial en la parte final del primer tiempo.
Thiago Palacios, el atacante que llegó con bombos y platillos para intentar reemplazar a Benjamín Rollheiser, se venía ganando un lugar de forma trabajosa y paulatina en los últimos partidos y había marcado uno de los goles del equipo la última vez que el Pincha salió de La Plata para visitar en Mendoza a Godoy Cruz. Ayer, otra vez de visitante y de la misma manera que lo había hecho contra el Tomba en el arranque del partido, Palacios hizo explotar su electricidad en la cancha y clavó un golazo que dejó sin reacción a l ex arquero de Gimnasia Fernando Monetti.
El atacante fue clave para recibir las asistencias de Zuqui y complementarse con Alexis Manyoma. Pero en la parte final del partido fue protagonista de una jugada que generó confusión, polémica y enfadó tanto al entrenador Domínguez, quien al reclamar a viva voz también se fue expulsado.
En una decisión que muchas veces pasa desapercibida como ocurrió entre semana en el partido entre Barracas Central e Independiente, el delantero del Pincha entró al área gambeteando de derecha a izquierda y logró dejar a tres rivales en el camino: cuando el cuarto jugador de Sarmiento le cerró el camino antes de enfrentar al arquero Monetti, Palacios pateó al arco, la pelota se desvió, pero el árbitro Merlos decidió cobrar falta en ataque por considerar que había dejado el pie sobre el tobillo del defensor que lógicamente provocó el choque por salir a cruzar el remate.
Si bien el reglamente es estricto, interpretar el espíritu del reglamente forma parte del juego y en este sentido, Palacios ya había elevado la pierna para patear al arco y no tenía espacios físicos ni mucho menos margen de tiempo ni una fracción de segundo para detener o cambiar el rumbo de su pie por la misma rapidez de la jugada.
El técnico Eduardo Domínguez, quien suele mostrar una postura pacífica y conciliadora, se exaltó de tal manera que también se fue expulsado y el Pincha jugó condicionado con un hombre menos el resto del partido.