“Actuar me permitió alejarme del mundo real”

Juan Gil Navarro es un intérprete cuya carrera está en constante crecimiento. En diálogo con diario Hoy, se expresó sobre su vida íntima y la actualidad laboral

Durante su adolescencia aprendió que la actuación es un universo encantador. Años después, dio sus primeros pasos sobre las tablas. Juan Gil Navarro es un actor de pura cepa. Este año cosechó varios éxitos, como los roles protagónicos de La leona y Deseo, la obra teatral que aún lo tiene en escena. 

En una entrevista con este medio, Juan contó detalles de su carrera, habló sobre su trayectoria y la situación sentimental que atraviesa. 

—¿Elegiste el camino de la actuación o tu carrera te eligió a vos?

—Cuando tenía 16 años vi algunas películas que me encantaron. Pensé que esa vida era la que quería para mí. Interpretar personajes me permitía alejarme de una cantidad de cosas del mundo real, como la separación de mis viejos y la ruptura con mi primer amor, entre otras. 

Terminé el secundario, trabajé en diferentes rubros e hice talleres de teatro. Después de algunos años, me presenté en el casting de Montaña rusa, otra vuelta y empecé a trabajar en la televisión.

—¿Quiénes son tus referentes en este arte? ¿Y tus amigos?

—Tuve la suerte de trabajar junto con los más grandes, como Alfredo Alcón y Miguel Ángel Solá, con quienes además construí una relación de amistad.

En la actualidad tengo dos o tres amigos en este ambiente, pero prefiero dejarlos en el anonimato. Los demás son buenos compañeros.

—¿Cómo te llevás con la fama y el hecho de ser reconocido? ¿Te incomoda?

—Nunca le presté demasiada atención a la fama, si es que existe como tal. Desconfío de esta cuestión, no sé muy bien qué es ni cómo conceptualizarla. Si soy reconocido porque las puestas en escena gustaron, bienvenido sea. 

Sobre el reconocimiento, a veces me parece que está buenísimo y otras, no tanto. Pero si la gente es educada no me incomoda ni molesta. 

—¿Qué mirada tenés sobre el público que te seguía en Montaña rusa, otra vuelta? ¿Y el de ahora?

—Aquellos de los años 90 eran más inocentes. Imaginate que era un programa sobre adolescentes de barrio. Los de ahora son como yo, porque crecimos de forma conjunta. Estoy orgulloso de dónde empecé porque fue el puntapié inicial para poder trabajar en obras clásicas con grandes de la escena nacional. Me entusiasma que puedan ver que ese chico que supe ser creció y transitó otros escenarios.

—¿Cómo es un día en tu vida?

—Si tengo que madrugar, lo hago. Si no, descanso, me ejercito, paseo, trato de ver a los míos, llamo a las personas con las que no hablo hace mucho. También salgo a dar vueltas en mi moto, leo, escribo. 

—¿Cuál es tu situación sentimental?

—Mi estado sentimental es muy “sentimental”. Desde hace diez años, comparto mi existencia con Natalia. Estamos muy bien. Peleamos, codo a codo, contra las adversidades de la rutina, los roces y las alegrías de la pareja.

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