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los '90Dueño de un humor y una ductilidad únicos, el artista llega con un espectáculo en el que recorre su vida para hablar de las serendipias que tuvo y que lo transformaron en lo que es hoy.
23/05/2021 - 00:00hs
Tras pasar por los escenarios de Argentina con el espectáculo, finalmente Agustín “Rada” Aristarán presenta este jueves en Netflix Serendipia, en donde el humor, la música y la magia solo son excusas para hablar de sí mismo, y a la vez del ADN de los argentinos. Diario Hoy dialogó con el artista para saber más sobre este proyecto, que significó su llegada a la plataforma de contenidos, y en donde demuestra, una vez más, sus dotes actorales.
—Se estrena el espectáculo en Netflix, ¿es una despedida o un nuevo comienzo de Serendipia?
—Todo eso. Viene andando hace tiempo. Se despide un poco de esta manera el espectáculo. Y, si bien por la pandemia estuvimos más parados, a la gente le gusta verlo en vivo. Así que haremos algunas presentaciones por el país, cuando se pueda. De Buenos Aires se despidió ya. También haremos algo afuera. Pero sí, el show empieza a despedirse y ya estamos escribiendo el nuevo.
—Al espectáculo lo imaginás para un público local, pero, cuando se grabó la presentación para Netflix, ¿cómo surgen esos cambios para lograr universalizarlo?
—Vengo trabajando mucho en el exterior, desde mi época de mago; y siempre imaginé lo que hago para que alguien de afuera lo entienda. No pretendo hacer algo en neutro, pero sí hacer algo que si lo ves en Chile lo entiendas igual. Así que sí, se reemplazaron algunas cuestiones por otras más globales.
—¿Fue complicada la grabación al pararte frente a un teatro vacío y actuar?
—Había trabajado para la cámara, digamos, entendiendo o imaginando un público. Me había pasado en el exterior con algunos espectáculos, pero no uno completo. Igual te confieso que a los cinco minutos de empezar ya andaba todo bajo rieles, porque lo hicimos mucho y sabemos dónde se logra el efecto en el espectador: la risa, el asombro, cuándo hacer silencio para que digieran lo que estoy diciendo. Fue raro, fue diferente, costoso, con mucho tiempo de ensayo para que salga como queríamos que salga.
—¿Molestó el protocolo a la hora de filmarlo?
—Hubo un protocolo estricto. Netflix es número uno y se respeta todo. Nos hisopamos, barbijos todo el tiempo hasta que se iniciaba a grabar, el equipo detrás todos con protocolos. Creemos que lo más importante es cuidarse en estos momentos.
—Yendo a Serendipia, ¿qué cosas sabías que sí tenían que estar sobre tu vida y qué no?
—La premisa de este espectáculo es contar hechos afortunados que suceden cuando no los estás esperando, es decir, contar serendipias. Todo lo que cuento pasó real, claramente tienen el condimento de la comedia o saqué partes que no son tan contables. Pero cuando a Pablo Fábregas le llevé esta idea, que surgió dos meses antes de estrenar un espectáculo que no tenía, y le conté todas las serendipias que había tenido; a partir de ahí esquematizamos este espectáculo.
—¿Cómo es generar con otro un proyecto sobre uno?
—Zarpado. Con Pablo es todo fácil, porque se ve que la luna estaba en el mismo lugar cuando nacimos. Él es muy proactivo, le gusta hacer de verdad.
—¿Con cuál de todos los roles que tenés te sentís más cómodo?
—Con todos. Claramente algunos me dan más incomodidad que otros, y me pasa que en los que estoy incómodo es en los que más quiero estar. Mi parte de actor dramático me da pánico, pero es donde más quiero probar.
—¿Te gusta salir de la zona de confort para buscar nuevos desafíos?
—Si, pero no con la premisa de “a ver hasta donde llego”, sino queriendo investigar. No es una carrera conmigo mismo, es por vivirlo, por la anécdota, por transitarlo.
—¿Hay algo que no te guste de lo que trae aparejado ser una figura conocida?
—No me considero famoso, me considero conocido. Creo que en la escala de los “famosos”, en donde salir a la calle debe ser un problema; creo que debe ser un bajón, decís algo o twitteas algo y ya están todos opinando. Yo tengo una vida relativamente normal, y la diferencia es salir a la calle y que te saluden o te hagan algún regalo. Tal vez sí, si estoy en un restaurant charlando con un amigo y viene gente a pedirme fotos, me las saco. Aunque tal vez justo en ese momento mi amigo me está contando algo muy importante, pero ahí también me digo: Yo fui a comer ahí y no a mi casa.
—¿Expectativas con el estreno?
—Ansiedad, felicidad, agradecimiento. Estoy muy manija, quiero que sea el día del estreno. A nosotros nos gusta, a mi vieja, a mi equipo le encanta; pero hay que ver cómo responde el público.