Michael Taylor Jackson presentó Bajo Naranja
El film tuvo su premiere en el BAFICI.
Dos de las actrices más importantes del país vecino llegaron para presentar su nueva producción cinematográfica, una irreverente comedia muy divertida.
25/04/2024 - 00:00hs
Historia y geografía, de Bernardo Quesney, por la que se obtuvieron el Premio Mejor Director y Mejor Interpretación SANFIC 2023, tuvo su estreno en el 25 Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) y tiene a las estrellas Amparo Noguera y Catalina Saavedra como protagonistas.
De visita en el país para acompañar el relato, que tendrá hoy su última proyección en el festival, hablamos con Noguera y Saavedra para saber más de las dos hermanas que encarnan en la película y su mirada sobre la cultura Argentina.
—¿Sensaciones de presentar la película en el país en medio de este contexto tan particular de Argentina?
—Amparo Noguera: Yo estoy bastante, en lo personal, impresionada. Hablo como chilena, muy desde la distancia, pero lo que se ve en la calle es la frustración enorme, el desagrado infinito de tener a Javier Milei como presidente. Sabemos como actrices todo lo que está pasando con el INCAA, con el Gaumont, impresionante que a cuatro meses haya tanta efervescencia. Era tan evidente que no podía ser presidente, Milei, porque cuatro meses no es un gran período para evidenciar la aberración de haberlo elegido para el cargo. Pero bueno, nuestra película se trata justamente de la relación histórica con la cultura y con la geografía, con el territorio, con el patrimonio de nuestro país. Es una sátira, una comedia, pero se burla un poco de la mala relación que existe en nuestro país con nuestra cultura. En el foco del interés real que hay desde los estados para sostenerla, pero aquí ya, digamos, eso está superextremo. Están cerrando realmente un espacio cultural, entonces tiene todo mucho que ver, es bastante impresionante.
—Catalina Saavedra: A mí me da pena, tristeza, se derrumban logros, se derrumban esfuerzos, también. Hemos conversado con algunos argentinos que tienen que ver con el tema y también ellos, que yo no había escuchado, como era interesante, que habría que aprovechar de hacer una verdadera autocrítica sobre el INCAA, con las cosas que hay que mejorar. Pero me da pena, en general, de cómo la derecha más dura vuelve, toma el poder, no solamente aquí. Como una cosa mundial que es muy triste, como que nos autoboicoteamos nosotros mismos la posibilidad de tener una mejor vida, en el fondo, a nivel político, incluso el medio ambiente. Incluso, en vez de evolucionar y evolucionar, ahora con relación a nosotros, o a nuestro país que la verdad es que estoy muy escéptica, siento que yo espero siempre morir, esperemos que sea un tiempo más, no tan cercano, que las cosas hayan cambiado para nosotros a nivel humano, social, cultural, pero básicamente soy una deprimida esperanzada.
—AN: Ahora también la cultura, si uno desde la derecha o los espacios de poder, siempre le han tenido demasiado miedo a la cultura porque implica una reflexión que la derecha no puede aceptar. Yo creo que históricamente la derecha frente a la cultura va a tener siempre eso, porque son espacios de la conciencia.
—Cuéntenme un poco cada una, de sus personajes, que están muy divertidas…
—CS: Nos invita Bernardo después de unas vueltas que se vio de casting, modificó cosas, finalmente nos eligió para cada rol y está todo en el guion. Supongo que tiene que ver con mi temperamento que yo le servía. Yo soy bastante aparentemente seria, parca y muy como dogmática con relación a mis pensamientos sociales y creo que le servía de cada una cosas, supongo, también estéticamente, físicamente, no sé, viste que eso piensan también los directores, pero además nos llevamos muy bien, ya habíamos trabajado anteriormente. Yo lo conozco de muy chico, hicimos una serie donde él empezó a hacer su práctica, con 21 años, y siempre enganché con él porque es muy particular. Entonces, yo ya era una actriz grande, y ahí nunca dejamos de conectar, siempre le acepto y no le cuestiono sus proyectos.
–AN: Yo conocí a Bernardo porque había hecho un papel muy chiquitito en una película anterior de él, Desastres naturales, con una autoría muy importante de él, muy personal. Y cuando me llamaron para la película, me hablaron de que estaba la Cata y también me hablaron de la idea y me pareció tremendamente atractiva. Mi personaje es una de las dos hermanas relacionadas con la cultura, pero de manera muy distinta, que tenían un centro cultural en San Felipe, que es una localidad que queda cerca de Santiago, pero es una localidad que a pesar de estar cerca, tienen mundos muy diferentes. Ella se queda a cargo el centro cultural una vez que nuestro padre muere y yo vuelvo luego de trabajar en otro lugar. Ella quiere ser una nueva actriz, trata convertirse así arbitrariamente en esta nueva actriz y no le resulta y tiene que volver a este centro cultural a encontrarse con su hermana.
—Si no hubieran sido actrices o dedicarse a la cultura, ¿que hubieran sido?
—AN: Psicóloga, o bailarina.
—CS: Como nuestro trabajo siempre ha sido tan inestable, me hubiese haber tenido un trabajo de oficina, con escribir siempre, de eso se trata.
—AN: También una persona que trabaja con animales, pero en África o en países exóticos, con animales.
—CS: Tantas cosas que uno podría haber sido.
—Ustedes lo son en cada película…
—CS: Sí.