entrevista

Ana María Picchio: “El Secreto es algo nuevo y muy distinto, interesante y muy difícil”

Tras un breve paréntesis, la talentosa y querida intérprete regresa al teatro con una obra que promete.

Espectáculos

25/08/2025 - 00:00hs

Ana María Picchio y Gerardo Romano, dos grandes referentes del teatro y la televisión argentina, se unen en el escenario para protagonizar El Secreto, de francés Eric Assous y dirigida por Manuel González Gil, que gira en torno a una pareja que acaba de jubilarse y vive en un elegante departamento hasta que un secreto inesperado sale a la luz y lo cambia todo. Para saber más del proyecto, que se ve en Multitabarís (CABA), hablamos con Picchio.

—¿Cómo te sentís de volver al teatro después de un breve paréntesis?

—Demasiado rápido.

—¿Querías un poquito más de descanso?

—Yo les dije estrenemos en enero. ¿Por qué ahora? Pero bueno, es el momento.

—Vos venías sin parar cuatro años, la gira…

—Paliza. La gira. Mar de plata dos veces, el elenco que cambiaba cada rato.

—Pero todo eso te da como una agilidad…

—Sí. Porque fueron cuatro años, pero con diferencia. No, y además no te pertenece esa forma, viste. Se termina todo y después te llaman por teléfono y dicen, ¿estás si probamos una semana aprovechando carnavales? Eso fue lo que pasó.

—Bueno, pero acá algo nuevo. Acá algo nuevo. Distinto, Gerardo…

—Algo nuevo y muy distinto. Interesante. Ahora te digo que es muy difícil. Como cinematográfica la obra. Porque empieza de una manera, una familia, felices, y de pronto explota con este secreto. Y se cambió la película. Entonces empiezan a aparecer escenas, una más terrible que la otra, pero así como cinematográficamente. Empieza una, termina. Música, verdad, no sé cuál. La otra, pegada. Música, verdad. La otra, pegada. Hasta que estamos todos juntos y ahí los cachetazos van para todos lados. Pero pobre Manuel, te digo que para Manuel es muy difícil también. Porque estamos comprometidos los cuatro. Todo el tiempo. Cuando después del secreto, el compromiso es para todos. No se salva nadie.

—Trabajar con Gerardo... ¿Lo habían hecho antes?

—No. Nosotros no trabajamos, sí hicimos un grupo con Miguel Ángel Solá, Ricardo Darín, Juan Leyrado. Un grupo de trabajo así para concientizar cosas. Hace unos cuantos años. Estaba Tato Pavlovsky, estaba Susana Torres Molina. Muy lindo. Trabajamos como dos años. Y ahí, viste, nos conocimos. Esas cosas son muy importantes.

—Porque te hace conocer al compañero desde otro lugar…

—Desde otro lugar. Era una cosa así como continua. Y después nos encontramos en El Marginal.

—Pero teatro no.

–Teatro así no. No, teatro no.

—¿Y cómo fue el encuentro?

—Bueno, a mí me dieron la obra. Y yo dije, yo hago esto si lo hago con Gerardo. Y lo llamaron y dijo que sí. Entonces ahí empezamos. Y empezamos como de verdad, te digo, como somos nosotros. Nosotros somos amigos de ir a las marchas. Somos amigos de ir al cine. Porque como mis compañeros por lo general no van al cine. Yo sola voy al cine. Entonces, él me decía, ¿cuándo vamos al cine? Dale, vamos al cine. Salimos al cine, hablamos de la película. Pero nunca nos encontramos para ir a bailar, por ejemplo. Esas boludeces no.

—Y dijiste, es él.

—Sí. Vas a ver. Es él porque él tiene todo lo que tiene el personaje. Tiene la pinta. Tiene la posibilidad de tener un hogar y hacerlos felices. Porque tiene un laburo que gana bien. Tiene todo. Hasta que se le cae, como él dice, ¿no? Se le cayó un piano en la cabeza. Hasta que se le cae todo en la cabeza y él le rinde. A mí me encanta que la gente lo vea así. Porque yo le digo, bueno, te podés pasar 12 años de tu vida haciendo un espectáculo maravilloso como es Un judío común y corriente. Pero vos tenés que trabajar con otras compañías. Claro. Hablando con seres que están hablando, imaginando cosas. Entonces, se ve que lo entendió.

—Le hiciste ese clic que necesitaba.

—Sí.

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